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Nicanor Boluarte se reunió con amigo que es proveedor del Estado y funcionario regional

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Fecha Actualización
Por Alvaro Reyes y Joma Gálaga
Nicanor Boluarte sostiene una tertulia con dos hombres en una cafetería de San Borja. Escucha atentamente a uno de ellos, el de mayor edad, mientras el otro, que es el más joven de los tres, solo atina a tomar su taza de café. Ambos saben que están frente al poderoso hermano de la mandataria Dina Boluarte. Parece una reunión de amigos, de esas que son para ponerse al día, hasta que esta persona, la que no para de hablar, dice: “Se debería construir un hospital acá...”.
Perú21 presenció el encuentro que tuvo lugar en la terraza de Doña Churrita, cafetería ubicada en la avenida San Luis, muy cerca del departamento donde vive el hermano mayor de la presidenta. Esa cita sucedió el último 9 de octubre, pasadas las 7 p.m., y delató a un nuevo personaje de la red tejida por Boluarte.
El hombre de cabello cano que se dirige al hermanísimo es Germán Nina Coello, un cusqueño de 64 años que trabaja como técnico en el área de asesoría legal de la Dirección de Salud de Apurímac (Diresa), la región natal de Nicanor y Dina. Ahora se entiende por qué hablaba del hospital.
Nina es funcionario regional, pero desde hace más de diez años se dedica a crear empresas de distintos rubros, según se constata en los registros de la Sunarp. Y varias de ellas suscribieron contratos con el Estado.
Por ejemplo, en 2013 fundó Coexposur Perú EIRL, una consultora especializada en gestión en la que es gerente general. En 2018, la compañía contrató con el Gobierno Regional de Apurímac por S/86,566 para desarrollar un plan de estudios sobre la carrera de Construcción Civil para el Instituto de Educación Superior Tecnológico de la región.
En 2013 también creó la constructora Hormigas Peruvian EIRL. Pero en 2020 cedió la titularidad a Elizabeth Compi Figueroa, quien cambió el nombre de la empresa a Obras CEINC EIRL y ha conseguido consultorías con municipios locales por más de S/69,520. Todo desde 2021.
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No obstante, una compañía en particular le ha resultado muy rentable a Nina Coello. Y durante 2023, es decir en el gobierno de Dina Boluarte, ha logrado expandirse y salir por primera vez de los recurrentes negocios con pequeñas comunas de Apurímac.
Amigos y negocios
Nicanor Boluarte y Germán Nina tienen una amistad de varios años. A través de publicaciones de Facebook se puede corroborar esa cercanía.
En 2016, el hermano de la presidenta le extendió a Nina su pésame por el fallecimiento de su hermana Zenovia. “Germán, cuánto lo siento, mi sentido pésame a toda la familia”, escribió Nicanor en una publicación que anunciaba el fallecimiento.
En septiembre de 2018, Nicanor volvió a comentar un post que tenía como protagonista a Germán Nina. Esta vez la hija, Qori Nina, publicó fotos de su padre almorzando por su cumpleaños número 59. “Feliz cumpleaños. Provecho, salud, amigo”, reaccionó el hoy hermano de la presidenta. La confianza entre los dos es inobjetable.
Y no es la única evidencia de ese vínculo. Rony Nina Huisa, hijo de Nina Coello, aparece en una foto de 2017 sosteniendo el micrófono en un evento organizado por Sencico, entidad adscrita al Ministerio de Vivienda.
En esa imagen se luce Nicanor Boluarte a la cabeza de la mesa. Por ese entonces era el gerente general de la institución pública. En otras palabras, era el jefe del hijo de su amigo, quien se desempeñaba como coordinador de Sencico en Apurímac. La presencia de Rony Nina es clave en esta historia.
Dos años después, en 2019, Germán Nina creó Corporación Nutriandina SRL, una compañía dedicada a la venta de alimentos, bebidas y abarrotes. Además, realiza transporte de carga pesada por carretera, según detalla la Sunat.
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En los cinco años transcurridos, Nutriandina no ha dejado de contratar con el Estado. Su mejor año fue en 2020, donde logró órdenes de servicio por S/682,681, siempre con municipios dentro de Abancay.
Aunque ha sido 2023 el año en el que ha conseguido sus primeras órdenes de servicio con el gobierno nacional. Más precisamente, con el Ministerio de Economía y el Ministerio de Educación, de acuerdo al portal de Transparencia Económica del MEF.
Con el primero apenas cerró un contrato de S/1,000 a través de la central Perú Compras, entidad que digita las empresas contratantes con el Estado. Pero es en Educación donde ha logrado jugosos ingresos.
Según el MEF, Nutriandina giró una orden de servicio con la referida cartera por S/122,164 por la venta de abarrotes y otros alimentos para la Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac.
Este acuerdo comercial ha sido importante para engrosar los fondos de la compañía. La otra generosa orden de servicio que giró Nutriandina fue con la Municipalidad de Abancay, nuevamente en Apurímac, por S/236,474 y fue para proveer de leche evaporada al programa Vaso de Leche.
En lo que va de 2023, la empresa de Germán Nina generó ingresos por S/557,140. Su segundo mejor año después de 2020.
Lo curioso es que, a diferencia de las otras personas jurídicas que fundó, Nina no aparece públicamente como socio o gerente en el portal del OSCE. Aunque su hijo Rony Nina Huisa, el que trabajó en el Sencico que dirigía Nicanor Boluarte, es quien sí figura como accionista, representante y hasta administrador de la empresa.
Donde sí Germán Nina ha declarado su pertenencia a Nutriandina es en la Sunarp. De hecho, en 2022 reportó la transferencia de 49,500 acciones a Sergio Villcas Flores, quien en Sunat aparece como gerente general de la firma.
Nina se quedó con 9,000 participaciones, mientras que Villcas ahora ostenta 81,000.
Cinco días antes del encuentro en la cafetería de San Borja, el 4 de octubre pasado, Nutriandina giró una orden de servicio por S/39,169 con la Municipalidad de Coyllurqui, en Apurímac. Y el último contrato de 2023, hasta ahora, fue con la comuna de Cusco por S/73,984.
Familia y truques
El escenario con Rony Nina en Sencico se repitió con Marco Antonio Boluarte Contreras, el sobrino de Dina y Nicanor Boluarte, en el sector Salud de Apurímac en el que trabaja Germán Nina.
Marco Boluarte fue contratado este año como ingeniero en el Hospital Guillermo Díaz de la Vega en Abancay. Según el portal del OSCE, sus servicios fueron requeridos para el servicio de hemodiálisis, área donde se tratan los riñones. Se le pagaron S/21,000, de acuerdo al MEF.
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En 2022, con Dina Boluarte como vicepresidenta de la República, Boluarte Contreras giró órdenes de servicio por S/24,000. Nunca antes había sido tan requerido por el Estado hasta que llegó su tía al poder.
Perú21 se contactó con Nina Coello para conocer qué tanto influyó su amigo Nicanor en sus negocios.
Al inicio de la conversación telefónica, Nina reconoció que trabaja en el área legal de la Diresa de Apurímac. Seguidamente, se le preguntó si conocía a Boluarte y en ese momento manifestó su incomodidad.
“Por favor, no tengo ninguna autorización para meterme en vidas ajenas. Discúlpeme, hasta luego”, dijo antes de colgar la llamada.
A través de WhatsApp se le indicó que este diario tenía imágenes de su cita en Lima con el hermano presidencial. Se le consultó si en ese diálogo trató de algún tema del sector público.
Pero lo que hizo Nina fue leer los mensajes y luego procedió a bloquear la comunicación. No quiso contestar las consultas.
También se buscó contactar a Nicanor Boluarte a través de Facebook. Hasta el cierre de esta edición no hubo respuestas.
El martes, Boluarte deberá acudir al despacho del equipo especial que lidera la fiscal Marita Barreto para explicar las sospechosas reuniones que tuvo con otros funcionarios. Le toca hablar con la verdad.
Penalista Romy Chang: “La investigación a Nicanor Boluarte es necesaria y legítima”
Es totalmente necesario que la Fiscalía haya abierto investigación a Nicanor Boluarte. Al no ser funcionario, él no tiene legitimidad para reunirse con proveedores del Estado, salvo que esté interfiriendo en las entidades públicas para que se contrate a esas personas como proveedores.
A menos que él demuestre que son sus amigos personales y en las reuniones no haya tratado temas asociados a la administración pública, él no tiene nada que hacer —sabiéndose hermano de la presidenta de la República— en reuniones con representantes de empresas.
Nos encontramos ante una falta de transparencia que no contribuye a la eliminación de la corrupción en el Perú. Si el contrato de un proveedor X coincide con las reuniones que este pudo tener con Nicanor Boluarte, hay elementos e indicios que sí podrían demostrar una irregularidad.
No estaríamos hablando, entonces, solo de una amistad del hermano presidencial, sino de acciones que favorecen a ese “amigo”.
Se podría hablar de delitos de tráfico de influencias o corrupción. Estaría bastante claro. Si fuese que ese proveedor solo es amigo, y no hay ningún otro elemento que haga pensar que ha interferido o ha favorecido de alguna manera a los proveedores, se podría entender. Pero si hay pruebas, la cosa cambia.
La investigación fiscal se puede iniciar con tráfico de influencias y luego irse ampliando a otros delitos en función de lo que se encuentre. La imputación inicial es tráfico de influencias pero puede agregarse más.
El solo hecho de ser hermano de la presidenta no la sindica a esta última, pero a título de qué Nicanor Boluarte podría conocer a tantos funcionarios si no fuera por su hermana.
Eso lo determinarán las investigaciones, así como sucedió con Pedro Castillo. Al inicio de los casos, Castillo no parecía implicado; sin embargo, a medida que avanzaron las indagaciones, aparecieron colaboradores eficaces, cuentas bancarias, temas que el expresidente no podía explicar y que terminaron por hundirlo. Lo mismo podría pasar con Dina Boluarte.