Elecciones Municipales 2018: El alto precio del transporte

Cada semana, los limeños gastan entre S/39 y S/238 en movilizarse, y este año el costo será aún mayor. ¿Qué soluciones y retos deberá asumir la capital en los próximos años?

Redacción PERÚ21

Fecha Actualización

24/08/2019 - 15:22

Trasladarse por la capital tiene precio. En 2017, asistir al trabajo, llevar a los niños al colegio, salir el fin de semana, todo, en promedio, le costaba a cada limeño S/50 por semana. Esto fue identificado a través de un estudio de la consultora Marketwin. Sin embargo, el monto varía según el medio de transporte.

Quienes usan un vehículo particular, que es el tercer medio más empleado, pero el más costoso, gastan S/238. Al respecto, Jean Pool Valer, especialista de Marketwin, explica que la cifra incluye distintas variables: “Comprende los gastos en combustible, reparaciones, seguros. Es un gasto estimado semanalmente”.

Los otros dos medios más caros, en segundo y tercer lugar, son los mototaxis y taxis, con gastos semanales de S/66 y S/57, respectivamente.

En el caso del transporte público, sucede lo opuesto: las combis y microbuses son el medio más usual y más barato, mientras que los buses ocupan el segundo lugar. Ambos representan el menor nivel de gasto semanal: S/30.

Este año el gasto general presentaría un ligero incremento hasta los S/53. “El gasto semanal para este año sería un aproximado de, entre semana, S/37, y fin de semana, S/16”, adelanta Valer.

Ante la alta congestión vehicular y el mayor gasto, el profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, Omar Narrea, explica que el nuevo alcalde o alcaldesa deberá asumir un mayor compromiso que sus predecesores al cumplir sus propuestas y establecer políticas integrales. Es decir, políticas que impacten sobre todos los medios de transporte y, con ello, en todos los limeños.

Las medidas, precisa, deberán enfocarse en la hora punta. “Sobre todo de 6:00 a 10:00 a.m., cuando se transporta el 86% de limeños”, agrega.

La inacción del nuevo alcalde o alcaldesa, comenta, afectará tanto a la población con menores recursos como a la clase media, y podría generar “una clase media vulnerable”, pues el tiempo por desplazamiento se elevaría para todos.

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