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Elecciones Municipales 2018: Al borde del colapso en la capital [VIDEO]
En las carreteras Panamericana Norte y Sur hay un exceso de camiones y buses, mientras que la Av. Javier Prado está invadida –a toda hora– de vehículos particulares.
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Elecciones Municipales 2018: Al borde del colapso
en la capital. (PIKO TAMASHIRO)
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Elecciones Municipales 2018: Al borde del colapso
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en la capital. (Mario Zapata)
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“Pierdo tiempo, combustible. Hasta el hígado lo voy a perder de tanto renegar. Hay tráfico y no solo en hora punta. Esto sucede a cualquier hora del día. Aquí es imposible manejar”. Este malestar e impotencia que siente Alberto Huañec cuando transita por la Av. Javier Prado son los mismos que padecen miles de limeños que se quedan atrapados todos los días en las principales vías de la capital.
Para vivir en carne propia este infernal tráfico, Perú21 hizo un recorrido por diferentes puntos críticos. Fue así que llegamos a las carreteras Panamericana Norte y Panamericana Sur.
Por la primera vía, durante las 24 horas, transita gran cantidad de camiones de carga y buses interprovinciales. Esto hace muy congestionada dicha arteria, sobre todo en Los Olivos, Independencia y San Martín de Porres.
“Los buses y los taxis recogen pasajeros al frente de la Municipalidad de San Martín de Porres y no dejan pasar a nadie. Los inspectores están ahí, pero no les dicen nada”, señaló Laura Maldonado, en el cruce de la avenida Eduardo de Habich y la Panamericana Norte.
Al otro extremo, en la Panamericana Sur, llegamos al cruce de esta vía con la Av. El Derby. Ahí, el tráfico es igual de caótico. Este se complica, aún más, en el sentido de sur a norte, debido a los trabajos que se realizan para la construcción del viaducto El Derby.
Otras zonas que recorrimos fueron las avenidas Javier Prado y Universitaria. En estos lugares, literalmente, hay una guerra entre choferes y usuarios, quienes pugnan por avanzar primero.
“Pierdo una hora cada vez que entro aquí. Me duele la cabeza, pierdo combustible y hago que el motor de mi vehículo se gaste”, afirmó Jesús Villanueva, quien estaba estacionado en el cruce de las avenidas Javier Prado y Rivera Navarrete, en San Isidro.
En tanto, en la Av. Universitaria, los puntos más saturados están en la intersección de esta vía con las avenidas Angélica Gamarra, José Granda, Perú y Morales Duárez (a la altura del puente Bella Unión).
Para Enrique Prado, gerente general de la Asociación Automotriz del Perú, el tráfico va a disminuir cuando se logre potenciar los sistemas de transporte masivo (Metropolitano, Metro de Lima y corredores complementarios).
“Se necesita mayores buses articulados, mayores metropolitanos, corredores para que puedan movilizar en masa al público y esto debe estar integrado. Hoy en día estos servicios tienen unas demoras inaceptables”, dijo a Perú21.
EL TRÁFICO AFECTA LA SALUD
Estar metido durante horas en el caos vehicular afecta la salud mental de las personas, según Belisario Zanabria, decano del Colegio de Psicólogos del Perú.
Estar metido durante horas en el caos vehicular afecta la salud mental de las personas, según Belisario Zanabria, decano del Colegio de Psicólogos del Perú.
Dijo que el estrés, la tensión y la ansiedad son algunas de las sensaciones que experimenta una persona que pierde tiempo por la congestión de vehículos.
Afirmó que otras personas más susceptibles podrían llegar a presentar enfermedades mentales que ameritarían un tratamiento especializado.
“El tráfico altera la globalidad de las personas (su personalidad). Pueden llegar a tener depresión, bipolaridad, crisis de ansiedad, hipertensión. Otros se ponen muy irritables y malhumorados”, explicó Zanabria a Perú21.
Por otro lado, manifestó que esto también compromete a la inteligencia de los ciudadanos y repercute en su desempeño laboral.
“No solo se altera el aspecto afectivo. El lado cognitivo también se compromete. Desde que amanece sabe que va a tener un día difícil y su rendimiento en el trabajo no será igual”, explicó.
Así, la solución al caos vehicular de Lima se ha convertido en un grito desesperado que los futuros alcaldes deben escuchar.
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