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Entregó su vida al servicio de los demás
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A los 93 años de edad y a causa del COVID-19, falleció monseñor Luis Bambarén Gastelumendi, obispo emérito de Chimbote y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. El mandatario Francisco Sagasti expresó su consternación. “Su ejemplo de amor al prójimo, compromiso social y solidaridad debe ser recordado siempre. El Gobierno y pueblo peruano vivirá agradecido por sus gestos de bondad y unión fraterna”, afirmó.
La trayectoria del sacerdote estuvo marcada por sus reflexiones espirituales y su estilo confrontacional contra los políticos, especialmente en época electoral.
Tras ser nombrado obispo auxiliar de Lima, en 1971, defendió el derecho a la vivienda de miles de ocupantes de terrenos en la zona de Pamplona, por lo que fue conocido como el ‘Obispo de los Pobres’.
TOLERANCIA Y DIÁLOGO
Max Hernández, secretario ejecutivo del Acuerdo Nacional, capitalizó la trayectoria del obispo. “Tuve la suerte de conocer a monseñor Bambarén, siempre simpático y de buen talante. En el Acuerdo Nacional fue uno de los pioneros y visionarios de este acuerdo. Siempre tuvo una voz de aliento, un mensaje de esperanza, de simpatía, de confianza en que las cosas se podían resolver”, señaló a Perú21.
“Desarrollé un vínculo muy afectuoso con él, a pesar de que soy agnóstico y él era profundamente religioso”, anotó. No obstante, destacó la tolerancia que mostró pese a las diferencias. “Siempre mantuvimos un diálogo alturado y me hizo pensar que no hay nada irreconciliable”, añadió.
Recordó el paso del monseñor como capellán de cárcel, en el que resaltaba lo importante que había sido para él escuchar a esa gente a la cual todo el mundo juzgaba y él había tratado de comprender.
“De verdad que lo vamos a extrañar, nunca dejé de decirle monseñor”, finalizó.
CRISTO EN EL CORAZÓN
En diálogo con Perú21.TV, el padre Rafael Fernández Hart describió la trascendencia del religioso jesuita. “Llevaba a Cristo en el corazón”, afirmó tras recordar que, desde que se ordenó sacerdote, monseñor Bambarén nunca dejó de recibir la Eucaristía.
“Era un hombre de una fe muy arraigada y profunda. Estaba convencido de que el Evangelio se debe vivir de manera práctica”, subrayó.
Precisamente, esa identificación con los marginados le valió ganarse el apelativo del ‘Obispo de los Pobres’. “Para él, el Evangelio era una herramienta de trabajo”, remarcó.
Pocos como el padre Rafael Fernández tuvieron el privilegio de tener muy cerca la bendición del obispo emérito. “Monseñor Bambarén me bautizó y luego me confirmó. Era compañero del colegio de mi padre y siempre estuvo presente en mi vida, desde muy pequeño”, señaló.
TENGA EN CUENTA
“Ha sido un ícono del compromiso con los pobres y en Chimbote es una suerte de héroe popular”, dijo Max Hernández, secretario del Acuerdo Nacional.
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