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Más de un centenar de periodistas han muerto por la COVID-19 en Perú
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La ANP buscó cuantificar el daño de la enfermedad en el gremio periodístico luego que el coronavirus protagonizó las noticias y convirtió a los periodistas en piezas fundamentales para reportar el avance de la enfermedad; esto desde marzo del año pasado en que se inició el estado de emergencia sanitaria.
“Hay casos muy conocidos que las familias los han hecho públicos, pero nosotros siempre preferimos enfocarlo por los números que, per se, ya son impactantes porque Perú en este momento es el país que tiene más periodistas muertos por COVID-19 en el mundo”, aseveró Zuliana Laines, la secretaria general de ANP.
La representante del gremio, que cuenta con 11,500 afiliados, agregó que confrontaron la información con la Federación Internacional de Periodistas.
“En este momento, tenemos 108 casos a nivel nacional por coronavirus confirmados”, declaró Laines.
EN PRIMERA LÍNEA
La ANP recopiló esta información de sus bases en 109 provincias del país para comprobar el deceso de 108 periodistas desde el 1 de abril del año pasado hasta el 1 de febrero pasado.
“De estos 108, nosotros tenemos 54 casos confirmados que fueron en el ejercicio periodístico, que hasta el día antes de caer con síntomas, en clínica o que se hicieron una prueba, 54 de ellos estuvieron haciendo trabajo periodístico, estuvieron cubriendo en calle, en la primera línea”, dijo Laines.
Añadió que otros 54 se infectaron por contagio comunitario, por algún miembro de la familia que estuvo mal, estando ellos haciendo teletrabajo o saliendo al supermercado, entre otras circunstancias.
Según Laines, el primer caso de periodista muerto por coronavirus ocurrió en el norte del país y se trató de “un colega al que la familia hasta el final le costó aceptar que era COVID-19, luego nos enteramos que toda la familia también estaba contagiada”.
Asimismo, la ANP indicó que el 80% de los periodistas muertos vivía en regiones diferentes a Lima. La ciudad donde más periodistas han fallecido es Iquitos. “En una semana fallecieron seis colegas”, dijo.
En esta alta cifra de periodistas fallecidos ha coincidido una serie de factores como el hecho de que muchos reporteros no contaban con equipos de protección, eran mayores de 65 años o ejercían la profesión de manera informal, sin estabilidad laboral ni seguridad social alguna.
“Nuestros colegas en regiones viven del día a día, si no salen, no comen prácticamente muchos de ellos”, declaró Laines. Además, dijo que cerca al 70% de los periodistas en el país labora en forma independiente.
DEPRESIÓN ANTE LA MUERTE
En Iquitos, el periodista Hertz Hemeryth, de 72 años, se ha infectado dos veces por la COVID-19 y en la primera ola vio morir por el virus a su tío Víctor. Hemeryth recordó haber pasado en el 2020 “siete meses sin tener una atención médica, sino gracias a los amigos médicos que nos atendían, no solamente con sus diagnósticos, sino también con regalos de medicinas para tratarnos”.
Con el cierre de su programa en el canal Selva TV, por falta de pago de sus anunciantes, “nos hemos sumergido en la depresión, en la tristeza, y muchos colegas de mi edad han caído enfermos hasta ahorita, otros han muerto”, relató a la agencia Efe.
La crisis económica que ha dejado el COVID-19 en regiones como Loreto hacen inviable la actividad de los periodistas independientes dado que concesionar un espacio en la televisión les cuesta S/800 soles. Empero, cumplir con hacerse una prueba molecular puede llegar a costar otros S/600 soles.
SIN PRIORIDAD EN VACUNACIÓN
A pesar de que los periodistas fueron incluidos como trabajadores de los sectores esenciales en el país, en un decreto emitido en marzo del año pasado no están considerados como prioridad en la vacunación contra el coronavirus.
“Con la cifra más alta de periodistas caídos con COVID-19 en el mundo no estamos ni siquiera en la segunda fase de vacunación”, se quejó.
La ANP ha creado un bono de salud de 500 soles (138 dólares) para sus afiliados con el fin de ayudarlos a comprar medicamentos u oxígeno cuando lo requieran pues a pesar de solicitar la atención del gobierno no han recibido respuesta hasta el momento.
“Ha sido la única salida que hemos encontrado en medio de una situación que ha sido desgastante porque hemos esperado un montón la atención del Estado y no ha llegado nunca”, expresó Laines.
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