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Héroes de carne y hueso del INSN aconsejan a padres en su día a ser responsables
Ellos, que son doblemente padres por sus pacientes, también recomiendan acompañar a sus hijos en cada etapa de su vida.
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Son fuertes, amorosos, firmes, dedicados a la familia, rectos en sus decisiones, honestos, saben escuchar, cultivan la paciencia a pesar de las largas y agotadas horas de trabajo, comparten aficiones e ilusiones, saben manejar situaciones difíciles, son responsables que los convierten en los héroes de carne y hueso de sus hijos y también de sus pacientes. Ellos son los doblemente padres -médicos, enfermeros, tecnólogos médicos, servidores administrativos- del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN), que se entregan en cuerpo y alma, día a día, para que cada paciente recupere su salud.
A víspera de celebrar el Día del Padre, los servidores de esta institución coincidieron en aconsejar a los padres del país a que sean responsables con sus hijos y a acompañarlos en cada etapa de su vida.
El médico pediatra Carlos Manuel del Águila, jefe del servicio de Endocrinología y Metabolismo del INSN, tiene 33 años de su vida laborando en este centro pediátrico. Es padre de tres hijas de quienes se siente orgulloso. Una de ellas es abogada, la otra arquitecta y la última comunicadora audiovisual. A pesar de su entrega total a su profesión y a sus pacientes siempre se ha dado tiempo para estar en los momentos importantes de sus engreídas. “Estuve con cada una de ellas cuando empezaron a comer, sus primeros pasos, el primer día de colegio, les enseñé a montar bicicleta. Son momentos que yo aprecio. El mejor regalo como padre es que mis hijas estén presentes conmigo”, contó muy emocionado.
El especialista señaló que los padres deben tener mucha compresión y acompañar a sus hijos. “El acompañamiento permite visualizar muchos aspectos de la vida de los hijos que a veces descuidamos por estar trabajando todo el día o por estar metidos en algunas actividades fuera del hogar. Yo creo que esto es la base estratégica para ser un buen padre”, dijo.
Agregó que el padre también tiene que aprender a hacer el desapego progresivo de su hijo. “El desapego cuando el niño empieza a ir al colegio, cuando ya adultos deciden formar una familia, y tantas situaciones, pero eso no quita que uno siempre este al lado de ellos en las buenas y en las malas, para reforzar, sobretodo, conductas que deben perdurar a lo largo del tiempo”.
El licenciado en enfermería Yuri Yupanqui Zamora (46), padre de dos hijos menores, tiene 15 años trabajando en el centro pediátrico. Ha pasado por los servicios de Emergencia Cardiología, Contingencia COVID-19 y Cirugía de Tórax y Cardiovascular. Es natural de Ayacucho y desde niño se dio cuenta de la precariedad de salud en su región por lo que decidió estudiar la carrera de Enfermería ya que no había la rama de medicina.
Para Yupanqui ser padre “es una responsabilidad muy grande porque eres el ejemplo tanto para tus hijos, tu familia y de los niños del servicio (pacientes). El mejor ejemplo es esforzarme en el trabajo, ser sincero, sensato, amoroso y ser un padre responsable”, manifiesta mientras atiende a un niño de 8 años operado del pabellón auricular lado derecho.
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En el caso del técnico en enfermería Julio César Amado Prado (54) ser padre es sinónimo de responsabilidad y amor. A los 18 años tuvo a la primera de sus tres hijas y en ese entonces estudiaba la carrera de Medicina en una universidad particular pero lo dejó por falta de dinero y además porque había asumido su rol de padre. Sin embargo pudo salir adelante y así siguió la carrera de técnico en enfermería. Él tiene 30 años laborando en el INSN y junto a su esposa –licenciada en Enfermería- ha sacado adelante a sus hijas de 34, 21 y 16 años. “Dos de mis hijas son profesionales de la salud. La mayor es licenciada en Enfermería y la última ha ingresado a la carrera de Odontología. Han seguido nuestros pasos”.
Desde que ingresó a laborar en el INSN le conmueve cada caso de los niños y en especial por los que llegan a la Unidad de Cuidados Intensivos. “Doy todo mi trabajo, todo mi esfuerzo, mi dedicación. Mis conocimientos son dedicados completamente para ellos (los pacientes). El hospital es nuestra segunda casa, los niños son nuestros hijos. Llegar acá y ver que mis pacientitos van mejorando es la mejor satisfacción que siento y me hace feliz”, dijo.
Luis Llamoca Farfán (68), técnico en laboratorio, padre de tres hijos, es uno de los trabajadores más antiguos de la institución: 49 años trabajando por la salud de los pequeños pacientes en el área de Microbiología. “Un verdadero papá tiene que ser responsable, tener buena actitud hacía los hijos, a la esposa, y ayudarlos a que sean mejor que uno. Yo me siento bastante conforme de haber logrado que mis hijos sean profesionales. Estoy muy orgulloso de ellos”, dijo.
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En el caso de Javier Merino Montellanos, labora hace 25 años como técnico administrativo en el área de Cuentas Corrientes. Se encarga de acelerar los documentos de los pacientes para su alta médica. Convertirse en padre no fue fácil para él pues su esposa –enfermera que falleció en el 2020 por COVID-19- se sometió a tratamientos para que pudiera quedar embarazada. “Mi esposa se sometió a varios tratamientos para que pudiera quedar embarazada. Y cuando me anunciaron que mi bebé venía en camino fue una gran felicidad. Luego llegó mi segunda hija. Convertirme en padre de dos hijas son los regalos más maravillosos que me ha dado la vida “, manifestó muy emocionado.
“El mensaje a los padres en su día es que sean responsables, amen a sus hijos, que pongan lo mejor de cada uno para que salgan adelante con sus familias (…) darle lo mejor a los hijos que es el estudio para que puedan tener armas suficientes para poder luchar en esta vida”.
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