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Conoce a Sergio Moro, el juez que condenó a Lula
A sus 44 años es el juez federal de Brasil que se ha convertido en pieza clave de la lucha anticorrupción.
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Sergio Moro no es un hombre cualquiera y su nombre causa rechazo en los corruptos. Sergio Moro a sus 44 años es el juez federal de Brasil y se ha convertido en pieza clave de la lucha anticorrupción tras enviar tras las rejas a varios políticos y funcionarios denunciados por estos actos ilícitos.
El juez Sergio Moro —especialista en lavado de dinero— ganó notoriedad internacional al liderar en su país la operación Lava Jato, en la que se investigan los actos de corrupción de las empresas brasileñas en varios países. Hoy, su nombre vuelve a sonar. No le tembló la mano para condenar al ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
El mayor escándalo de corrupción en el mundo comenzó en torno a la empresa estatal Petrobras que para favorecer la contratación de ciertas empresas solicitaba sobornos que rondaban el 3% del presupuesto que posteriormente era repartido entre políticos y empresarios. Además, el dinero ilícito financió al gobernante del Partido de los Trabajadores (PT) y a otros grupos políticos.
Aunque se hizo conocido con este caso, Sergio Moro ya había conducido diversos casos relacionados a ese delito e incluso detectó cuentas bancarias en el extranjero de los implicados. El juez dijo que entonces descubrió "incidentalmente" el vínculo de Yousseff con Paulo Roberto Costa, ex director de Petrobras.
Según informe de la BBC, hasta marzo del 2016 con el liderazgo del juez Sergio Moro se condenaron a 67 personas y se investigaron sobornos por un total de unos US$1.700 millones. Además se recuperaron US$800 millones por acuerdos. Gracias esta recordada actuación, Moro también se convirtió en ídolo de los manifestantes en contra de la corrupción.
Ha decretado prisión a José Dirceu, ex hombre fuerte del gobierno de Lula, Joao Vaccari, ex tesorero del PT, así como Marcelo Odebrecht y Otávio Azevedo, que presidían dos de las mayores empresas constructoras de América Latina: Odebrecht y Andrade Gutierrez.
"La corrupción sistémica ha provocado que las inversiones privadas se alejen para no involucrarse. El principal daño es a nuestra confianza y estado de derecho, están fundadas que todos son libres y confiables, pero cuando la corrupción se difunde, se ve relacionada, no se da una acción responsable y eso afecta la confianza en las personas", dijo en una reciente visita a Lima.
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