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Hombre cargó por horas a su amigo con discapacidad para que cumpla su sueño de conocer Machu Picchu
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Ejemplar. Un joven argentino hizo realidad el sueño de su amigo con discapacidad de conocer Machu Picchu y para ello no dudó en sortear más de un obstáculo.
Esta increíble historia tiene como protagonistas a Emiliano Bisson y Philip Stephens, dos hombres que tenían una meta común: viajar por los cinco continentes.
Sin embargo, existía un problema, Philip padece desde hace varios años de cuadriplejía lo que- en teoría- parecía dificultar el plan. No obstante, los amigos decidieron seguir adelante y recorrer varios países antes de llegar a nuestro país.
Según contó Bisson a Infobae, conoció a Stephens en una playa a veinte minutos de Sydney, a fines de 2014, poco tiempo después que abandonara su natal argentina.
Según comentó, en este lugar, conoció a la persona encargada de cuidar a Philips y fue él quien los presentó pues Philip necesitaba de otro cuidador más y Emiliano se ofreció. Este fue el inicio de su increíble amistad.
En una de sus tantas charlas, Philip contó sus deseos de conocer la ciudadela inca y Emiliano no dudó en ni un minuto en llevarlo.
“Un día le pregunté a Phil, cuál es era su sueño. Suelo hacerlo mucho con la gente. Y me contó que su cuidador, Will, le había dicho que tenía que subir el Machu Picchu, en Perú. No pude evitar mostrar mi sonrisa, dado que sabía muy bien de qué lugar hablaba. Entonces, le dije: “¿Y por qué nunca fuiste?”. Me respondió que era lejos, y no sabría como hacer el recorrido. “Yo te llevo”, le propuse sin pensarlo”, comentó.
La travesía, a la que se unió un amigo, más se inició. " Fueron siete semanas de viaje en total" dijo. Antes de llegar a Perú ya habían recorrido otros países de Latinoamérica.
Una vez en nuestro país, Emiliano planificó todos los cuidados que su amigo necesitaría y se enrumbaron hacia Cusco y una vez allí comenzaron el viaje a Machu Picchu. “Una vez organizado el viaje, yo me ocupé de todo lo que respecta a su salud, los remedios, cuidados. Lo que hace que la rutina diaria sea muy cansadora. Por ejemplo: para estar cambiado y listo para ir a desayunar tarda aproximadamente tres horas. Para ayudarlo a entrar y salir de un avión o un auto hay que cargarlo en brazos. Además de Marcos, allá nos esperaba un guía”.
Según cuenta el argentino, el viaje no fue sencillo pues para cumplir con lo previsto necesitó de la ayuda de otras personas, debido a lo empinado de algunos tramos. La subida incluso les tomó seis horas, mucho tiempo más de lo previsto, pero gracias a los ánimos de otros viajeros y a la necesidad de cumplir el sueño, se pudo concretar.
"Dos chicos italianos para ayudarnos con las cámaras y la silla, porque era complejo. Nosotros nos decíamos: “Dale, dale, vamos, vamos”. Y la gente lo repetía. Estábamos tan extasiados ante el final de la subida que llegamos con energía para sentar a Phil y gritar de emoción (...) Fueron seis horas y media de cargar a Phil, cientos de escalones, arengas, tropezones y raspaduras, pero se logró”, recuerda .
Incluso, el joven cuenta que para hacerlo más sorprendente, su amigo fue subido de espaldas para que la llegada a la cima de esta maravilla del mundo sea mucho más impactante.
"La expresión en su cara cuando lo sentamos en la silla y lo dimos vuelta, valió todo el esfuerzo. Se le iluminó la mirada. “¡Wow, ¿realmente estamos acá?”, contó.
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