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Diez inventos revolucionarios que dejó la Primera Guerra Mundial [Fotos]
Este nefasto periodo no solo dejó destrucción, también objetos que son casi imprescindibles en nuestra vida cotidiana.
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Comunicación con los pilotos. Los aviadores tenían que usar gestos y gritos, pero en 1916 se creó un casco al que se le instaló auriculares con un micrófono para hablar o recibir órdenes desde tierra, lo que funcionó. (Internet)
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Acero inoxidable. El inglés Harry Bearley es el responsable de esa invención en un intento de mejorar las armas del Ejército Británico. Añadió cromo al acero a sus experimentos y se dio cuenta que no se habían oxidado.
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Cierres. Desde mediados del siglo XIX varios trabajaron esta idea. Pero fue Gideon Sundback, un sueco que emigró a EEUU, quien dio con la actual fórmula y el Ejército lo incorporó a su uniforme.
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Salchicha vegetariana. Fueron inventadas por Konrad Adenauer, el primer canciller de la República Federal Alemana, por la escasez de carne debido al bloqueo británico. Las hacían con harina de arroz, cebada, harina de maíz y soya.
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Reloj de pulsera. No se creó durante el conflicto bélico, pero su uso creció exponencialmente durante este periodo, en especial para sincronizar la hora de los bombardeos.
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Cambio de hora. Por una grave escasez de carbón, las autoridades alemanas decretaron en 1916 todos los relojes que marcaban las 23:00 deberían de dar las 24:00. Así se aseguraba una hora más de luz a la mañana siguiente.
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En 1918 se estimaba que la mitad de niños en Berlín tenían raquitismo. El doctor Kurt Huldschinsky les aplicó lámparas de cuarzo y mercurio que emitían luz ultravioleta. Después se dio cuenta que sus huesos se fortalecieron.
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Bolsas de té. Un comerciante de té estadounidense comenzó a mandarlo a sus clientes en pequeñas bolsas en 1908. La firma francesa Teekanne copió aquella idea en tiempo de guerra y las llamó bombas de té.
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Pañuelos de papel. En 1920, C.A Bert Fourness tuvo la idea de planchar el material de la celulosa para hacer un pañuelo suave y fino. Tras mucha experimentación, el famoso Kleenex nació en 1924.
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Toallas higiénicas. Nacieron en Winsconsin en 1920, de un material llamado celucotton, creado para la vestimenta de los profesionales sanitarios. (Internet)
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