Cuando Joe Biden era el candidato a la reelección a la presidencia de los Estados Unidos, su contendor, Donald Trump, usó en más de una ocasión el argumento de que este padecía problemas de salud mental que lo colocaban en desventaja para prolongar por cinco años más su periodo en la Casa Blanca.
El discurso era agresivo y se condecía con ciertas actitudes, por lo menos, llamativas de Biden. Por ello, los propios simpatizantes y aportantes de la campaña del mandatario le sugirieron que deje de lado sus ambiciones para darle paso a una candidatura más fresca, que no tenga esos cuestionamientos y que renueve la esperanza en la fórmula demócrata.
Así se gestó la candidatura de Kamala Harris, vicepresidenta del gigante de norteamérica, en el Partido Demócrata. Hoy, con las encuestas dando un empate técnico entre ambos, el arma de la salud mental vuelve a ser usada, pero esta vez en contra de Trump.
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¿QUÉ PASÓ CON TRUMP?
Las alarmas saltaron el 15 de octubre último, luego de verse una extraña actitud adoptada por Trump tras un acto electoral, una sesión pública de preguntas y respuestas con simpatizantes organizada por él mismo en Oaks, Pensilvania, un estado clave para decidir al próximo presidente tras las elecciones del 5 de noviembre.
En aquel momento, Trump suspendió la ronda de preguntas para escuchar por un lapso de 30 minutos su playlist de música favorita y bailar, micrófono en mano, al ritmo de “Ave María” (Luciano Pavarotti), “Con te partirò” (Andrea Bocelli), “Hallelujah” (Rufus Wainwright), “Nothing Compares 2 U” (Sinéad O’Connor), “An American Trilogy” (Elvis Presley), “Rich Men North of Richmond” (Oliver Anthony), “November Rain” (Guns N’ Roses) y el característico “YMCA”, de Village People.
La sorprendente decisión de Trump se debió a que, al menos dos personas asistentes al mitin, requirieron atención médica, producto de que la sala aparentemente estaba mal climatizada. Tras pedirle a su personal de campaña que los atendiera el tiempo que sea necesario, bromeó diciendo: “¿Alguien más se va a desmayar?”. Y sugirió: “No hagamos más preguntas, escuchemos música, convirtámoslas en música. A quién demonios le importa escuchar preguntas, ¿verdad?”.
Harris, por su parte, aprovechó el momento para dejar en entredicho la salud mental de Trump. “Espero que esté bien”, acotó. Su portavoz de campaña añadió que el exmandatario parecía “perdido, confundido”. Trump, a través de sus redes sociales, contestó que tiene resultados “excepcionales” en dos pruebas cognitivas distintas y agregó: “Tengo bastante mejor salud que Clinton, Bush, Obama, Biden y, sobre todo, Kamala”.
¿Cuánto puede afectar este factor en el veredicto electoral dentro de tan solo 15 días?
DIFERENCIA IMPORTANTE
Al respecto, el analista en política y derecho internacional Francisco Belaunde Matossian, señaló que Pensilvania, el estado donde ocurrió el incidente de Trump, en efecto “parece ser el estado decisivo” para definir al próximo presidente de Estados Unidos.
Dijo que difícilmente Trump se vea tan afectado como Biden por este tema, ya que este último expuso sus problemas durante un debate televisado, lo que generó el movimiento interno para que se retire de la contienda. En el caso de Trump, sostuvo, “no hay posibilidad de que esto ocurra, pero sí están utilizando esto de la edad y sobre todo sus comentarios bastante desatinados como argumento electoral”.
“A la hora de utilizar electoralmente algo, puedes asociarlo, más allá de si es verdad o no. Cuando se le ha preguntado a la gente, dice que son fanfarronadas de su parte, no le dan importancia, pero quienes sí le pueden dar importancia son esa minoría que está evaluando su voto. En ese sentido, estos comentarios pueden hacer la diferencia, sobre todo porque el margen entre Trump y Harris es corto”, declaró a Perú21.
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