El Cuerpo de Marines de Estados Unidos realizó recientemente operaciones de entrenamiento en Puerto Rico que incluyeron maniobras de desembarco anfibio e infiltración terrestre.
El anuncio, hecho este sábado por el Pentágono, coincide con el incremento del despliegue militar estadounidense en el Caribe y con versiones que apuntan a una posible ofensiva contra Venezuela.
"Este cónclave desnudará nuestra realidad nacional en toda su magnitud política, social y económica a fin de lograr una profunda reflexión sobre nuestro futuro”.
El Comando Sur, que tiene jurisdicción sobre América Latina —excepto México—, difundió en la red social X un video donde se observa a la Vigésimo Segunda Unidad Expedicionaria de Marines ejecutar simulacros con un LCAC (aerodeslizador de transporte anfibio), helicópteros de transporte UH-1Y y aparatos de ataque Apache.
En las imágenes, acompañadas de música épica, los marines avanzan a bordo de vehículos todoterreno Polaris MRZR para asegurar posiciones y continuar con misiones de infiltración.
“Las fuerzas militares estadounidenses están desplegadas en el Caribe en apoyo de la misión del Comando Sur, las operaciones dirigidas por el Departamento de Guerra y las prioridades del Presidente de EE. UU. para desarticular el tráfico ilícito de drogas y proteger la patria”, señaló el comunicado oficial.
Estos ejercicios se suman a prácticas con fuego real realizadas la semana pasada desde un buque de asalto en la región. La revelación ocurre tras reportes de medios norteamericanos que, citando fuentes cercanas a la Casa Blanca, aseguraron que Washington estaría preparado para atacar instalaciones militares venezolanas, bajo el argumento de que algunas sirven de apoyo logístico a redes de narcotráfico como el llamado Cártel de los Soles.
En los últimos meses, el Pentágono ha reforzado su presencia en aguas del Caribe frente a Venezuela con el envío de unidades navales, incluido su portaaviones más avanzado, el USS Gerald Ford, que ha participado en la destrucción de presuntas narcolanchas. Pese al aumento de la tensión, el presidente Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio negaron que exista un plan de ataque, aunque la presión militar sobre Caracas continúa en ascenso.
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