En julio de 2005, la desaparición y presunto asesinato de Hugo Alberto Wallace Miranda -de entonces 35 años- conmocionó a México. Su madre, Isabel Miranda de Wallace, se convirtió en símbolo nacional contra el secuestro, liderando una campaña que culminó en la detención de seis jóvenes. Sin embargo, tras esta imagen de heroína cívica, se ocultaba una realidad más perturbadora.
La mexicana es autora de ‘La Historia Secreta: AMLO y el Cártel de Sinaloa’ (2024), un libro que ha incomodado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y a la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
El periodista y escritor Ricardo Raphael dedicó seis años a investigar lo que él describe como “un caso de justicia fabricada”. En su libro ‘Fabricación’ (Planeta), desentraña un entramado de torturas, pruebas manipuladas y una narrativa mediática que convirtió a víctimas en victimarios. “Cuando me convencí de que las torturas eran ciertas, y peor aún, de que Isabel Miranda las había ordenado o presenciado, comprendí que estaba frente a alguien muy peligroso”, afirma Raphael en entrevista con Perú21.
Bajo la presión mediática y la implacable campaña de Miranda de Wallace, las autoridades detuvieron entre 2005 y 2006 a los jóvenes Brenda Quevedo Cruz, Jacobo Tagle Dobín, Juana Hilda González Lomelí, César Freyre Morales, Tony Castillo y Albert Castillo Cruz.
Brenda Quevedo y Juana Hilda sufrieron tortura sexual y psicológica. Jacobo Tagle también padeció tortura sexual.
La mayoría de acusados permanece en prisión desde hace más de 17 años, algunos sin sentencia definitiva.
Las denuncias de tortura, amenazas y violaciones al debido proceso se acumulan en sus expedientes, convirtiéndolos en símbolos de una maquinaria judicial que, según Ricardo Raphael, “sacrificó la verdad en el altar de la sed de justicia fácil”.
En el trayecto de este sinuoso y escandaloso caso han sido víctimas abogados, peritos y periodistas. Nadie escapó de la mano de Isabel Miranda de Wallace.
El caso de Ámbar Treviño Pérez, abogada defensora de varios de los acusados en el caso Wallace, es increíble. Durante el proceso recibió amenazas de muerte.
Dos personas armadas ingresaron a su casa: “¡Ya bájale, cabrona”. Así le dijeron. Luego volvieron, y en el estacionamiento de su departamento fue lanzada al suelo. Le apuntaron con el cañón de una pistola. Se vio obligada a dejar el caso. Y la justicia le pidió declarar al considerarla sospechosa de integrar la banda de secuestradores.
Treviño fue detenida por agentes federales y posteriormente llevada a una casa de seguridad. Querían que dejara de ser defensora. Fue trasladada a una prisión en Durango. Luego fue liberada. Así callaban a los que pretendían llegar a la verdad.
EL MONTAJE
La versión oficial sostiene que Hugo Wallace fue asesinado la noche del 11 de julio de 2005, pero su cuerpo nunca fue encontrado. Pruebas documentales, registros telefónicos y testimonios recopilados por Ricardo Raphael apuntan a que Wallace estuvo vivo al menos hasta 2007, realizando llamadas y movimientos bancarios después de su supuesta muerte.
“Existen evidencias sólidas de que la versión oficial no se sostiene”, señala el periodista. Esta ambigüedad alimenta la sospecha de un montaje y mantiene abierta la pregunta sobre el paradero real de Hugo Wallace.
Uno de los momentos más impactantes para Ricardo Raphael fue el contraste entre Isabel Miranda y Enriqueta Cruz, madre de la acusada Brenda Quevedo. “¿Será esta realmente la madre de una asesina?”, se preguntó al conocer a Enriqueta, una mujer sencilla y tenaz que, lejos de la imagen demonizada por los medios, se convirtió en su referente moral. “Su dignidad y fuerza me ayudaron a resistir en los momentos más duros de la investigación”, acota.
Isabel Miranda: de madre a figura política
La historia de Isabel Miranda de Wallace es la de una mujer que supo leer el momento político y social de México. “La sociedad necesitaba mitos, y Miranda supo vender su imagen justo cuando el país buscaba líderes que prometieran mano dura”, explica.
Con el respaldo de presidentes como Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y el apoyo de empresarios y periodistas, Miranda se movía con un poder inusitado: “Era tratada como una jefa de policía, autorizando operativos, comandando torturas y legitimando políticas de Estado desde las sombras”.
Para ‘cazar’ a los culpables colocó ‘espectaculares’ o carteles de publicidad en las calles de la capital mexicana sindicando a los que creía culpables y ofreciendo recompensas para quien permita ubicarlos.
A lo largo de los años, el respaldo mediático y político se mantuvo a pesar de las inconsistencias y denuncias de irregularidades. El escritor denuncia que “el poder nunca quiso reconocer sus errores. Prefieren proteger su prestigio antes que admitir la verdad".
El caso Wallace, asegura Ricardo Raphael, es reflejo de un sistema judicial mexicano en crisis, incapaz de corregir sus errores históricos: “Nuestras policías de investigación, servicios periciales, fiscales y jueces no funcionan. Las reformas solo maquillan los problemas sin atacar el fondo”.
El 8 de marzo de 2025, Isabel Miranda de Wallace murió a los 73 años en un hospital de Ciudad de México, tras complicaciones derivadas de una cirugía. Aunque su deceso fue confirmado por diversas fuentes y su CURP (Clave Única de Registro de Población) fue dada de baja por defunción en el Registro Nacional de Población (RENAPO), la ausencia de pruebas públicas y la eliminación de sus redes sociales generaron especulaciones sobre la veracidad de su muerte.
El periodista Ricardo Raphael, en entrevistas y publicaciones, expresó dudas al respecto, señalando la falta de transparencia en torno al fallecimiento de una figura tan controversial.
Isabel Miranda de Wallace recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos en su país.La instrumentalización de la justicia
“La política instrumentaliza la justicia y la defensa de los derechos humanos es débil. Así se cocina un sistema de privilegio para pocos y desprotección para muchos”, analiza el autor de ‘Fabricación’, quien subraya el papel del periodismo en la perpetuación y el desenmascaramiento de casos como este.
“El monstruo de Wallace fue creado por el mal periodismo. Solo un periodismo necio, insistente y cuestionador puede rescatar la verdad. La única forma es abrir todos los refrigeradores posibles, hasta cincelar la realidad”, afirma, recordando la responsabilidad ética del oficio.
En ‘Fabricación’, Ricardo Raphael no solo expone las grietas de un caso emblemático, sino que ofrece una lección urgente para el periodismo y la sociedad: “Ante el horror de la injusticia fabricada, la única respuesta posible es más y mejor periodismo, capaz de desafiar al poder y poner la dignidad de las víctimas en el centro de la historia”.
El caso tiene tantos giros que bien podría ser una serie de Netflix. Se lo digo a Ricardo Raphael y sonríe. En esta turbulenta historia una de las más significativas es la relacionada con la verdadera identidad y paternidad de Hugo Alberto Wallace Miranda.
Investigaciones periodísticas sacaron a la luz que el joven no era hijo biológico de José Enrique del Socorro Wallace Díaz, como se había sostenido oficialmente, sino de Carlos León Miranda, primo hermano y exesposo de Isabel Miranda. Esta información fue confirmada por el propio Carlos León Miranda en diversas entrevistas y conferencias de prensa.
La paternidad biológica de Carlos León Miranda tiene implicaciones directas en la validez de las pruebas presentadas en el caso. Por ejemplo, una de las principales evidencias fue una gota de sangre encontrada en el baño del departamento donde supuestamente ocurrió el asesinato.
El ADN de esta muestra coincidía con los marcadores genéticos de José Enrique Wallace, lo que en su momento se presentó como prueba concluyente de la muerte de Hugo Alberto. Sin embargo, al no ser José Enrique el padre biológico, esta coincidencia genética pierde validez.
Libro sobre la investigación del caso Wallace. UNA LUCHA SOBRE UN CERRO DE MENTIRAS
El caso Wallace se convirtió en un símbolo de la lucha contra el secuestro en México, pero según Raphael, esta narrativa fue construida sobre pruebas manipuladas y testimonios dudosos. “Es un fresco que nos dice quiénes son los personajes, las asimetrías y los fallos de nuestra época”, resalta el autor.
Para su investigación realizó cientos de entrevistas y examinó el expediente judicial del caso Wallace, que comprende más de 130,000 páginas.
Ricardo Raphael insta a la sociedad y al sistema judicial a reexaminar el caso Wallace con objetividad y justicia. Su investigación en ‘Fabricación’ -un libro fascinante de 536 páginas- busca no solo esclarecer los hechos, sino también abrir un debate sobre la falta de justicia en México y la necesidad de reformas profundas en el sistema judicial.
LAS VÍCTIMAS
César Freyre Morales
Inicialmente condenado a 63 años y 6 meses de prisión por secuestro, delincuencia organizada y portación de arma de uso exclusivo del Ejército. Posteriormente, su condena fue ampliada a 131 años de prisión. Permanece en prisión cumpliendo su condena.
Juana Hilda González Lomelí: Condenada en 2011 a 78 años de prisión por privación ilegal de la libertad en modalidad de secuestro, delincuencia organizada y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército. Su caso fue atraído por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 2022 debido a alegatos de tortura y violaciones al debido proceso.
Tony Castillo Cruz: Sentenciado a 46 años, 3 meses y 15 días de prisión, además de multas económicas, por su participación en el secuestro de Hugo Alberto Wallace. Cumple su condena en prisión.
Albert Castillo Cruz: Recibió la misma condena que su hermano Tony: 46 años, 3 meses y 15 días de prisión, junto con multas económicas, por su implicación en el caso. Permanece en prisión.
Brenda Quevedo Cruz: A pesar de haber pasado más de 17 años en prisión, no ha recibido una sentencia definitiva. En junio de 2024, se le concedió prisión domiciliaria con monitoreo electrónico debido a la prolongada prisión preventiva y alegatos de tortura.
Brenda Quevedo padeció todo tipo de torturas. Jacobo Tagle Dobín: Lleva más de 15 años en prisión preventiva sin una sentencia condenatoria.
Para profundizar en el caso puedes ingresar a la web del libro.
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