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El otro drama de las restricciones para frenar el COVID-19 que enluta a varias familias en Japón
Entre las consecuencias de la COVID-19 está el aumento de los casos de personas que se quitan la vida. Según los datos oficiales, hubo un aumento de casos en el 2020 respecto al año anterior
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El suicidio se ha convertido en un problema en Japón, al punto que más gente se ha quitado la vida por voluntad propia que por la misma pandemia. Según datos oficiales, 7.738 japoneses han muerto de COVID-19. En contraste, el saldo de suicidios en 2020 fue de 20,919 personas, un aumento de 750 personas con respecto al año anterior.
El crecimiento ha sido mucho mayor en dos grupos: menores de edad y mujeres. Para un país en el que el 15% de sus habitantes dice que no tiene ninguna relación social fuera de la familia (la tasa más alta de la OCDE), los confinamientos y los aislamientos han hecho una dura mella en la salud mental colectiva, sobre todo entre las mujeres.
Estas altas cifras son una consecuencia directa de las medidas para frenar la pandemia. Por un lado, de acuerdo con el diario The New York Times, en Tokio, la capital y mayor ciudad del país, alrededor de una de cada cinco mujeres vive sola. Los llamados a quedarse en casa y evitar visitar a la familia han exacerbado los sentimientos de aislamiento.
También está el aspecto económico. Según la agencia de noticias AFP, durante la pandemia, las mujeres han sufrido pérdidas de empleo desproporcionadas. Constituyen el grueso de los trabajadores de los sectores más afectados por las medidas de control de la infección, como los restaurantes, los bares y los hoteles.
Cerca de la mitad de las mujeres tienen empleos de medio tiempo o por contrato y, cuando las empresas se estancaron, ese tipo de empleados fueron los primeros en quedarse sin trabajo. En los primeros nueve meses del año pasado, 1.44 millones de trabajadores de este tipo perdieron su empleo, más de la mitad de ellos son mujeres.
Para Nazuna Hashimoto, de la ciudad de Osaka, el miedo a la dependencia económica contribuyó a su sensación de desesperanza. Cuando intentó suicidarse, en lo único que pensaba era en liberar a su novio, Takeda, de la responsabilidad de estar con ella. “Quería quitarle la carga de encima”, dijo a The New York Times.
Diferencias de género
Además, han jugado un papel determinante los estereotipos sociales. Las mujeres en casa han experimentado grandes disparidades en el reparto del trabajo doméstico y cuidado de niños. Asimismo, el confinamiento elevó la tasa de violencia doméstica y agresiones sexuales.
“El coronavirus puso en evidencia las desigualdades de género en Japón”, señala Yayo Okano, profesora de feminismo en la universidad Doshisha en Kioto, a la agencia AFP. Ella agrega que las tareas de las mujeres en los hogares continúan siendo muy desproporcionadas con respecto a las de los hombres en Japón.
Todos esos factores hicieron que la tasa de suicidio femenino subiera 14.5% en 2020 con respecto a 2019. Por otro lado, las cifras de los suicidios de jóvenes de menos de 18 años en Japón también son alarmantes: más de 300 alumnos de primaria y secundaria se quitaron la vida entre principios de abril y finales de noviembre de 2020, un aumento de cerca del 30% con respecto al mismo periodo el año anterior.
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