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Espía rusa que se hacía pasar como peruana logró obtener secretos de la OTAN
Durante casi una década la mujer se hizo pasar como María Adela Kuhfeldt Rivera, una diseñadora de joyas nacida en el Callao y de padre alemán. Una fachada para obtener información privilegiada.
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María Adela Kuhfeldt Rivera, era una mujer de 30 años de nacionalidad peruana que trabajaba como una afamada diseñadora de joyas, o al menos eso es lo que se creía. Nacida supuestamente en Lima y de padre alemán, llegó a ingresar en la base de la OTAN y de la Sexta Flota de Estados Unidos en Nápoles gracias a sus encantos.
Los medios La Repubblica, Der Spiegel, Bellingcat y The Insider, que hicieron la investigación y el reportaje, describen la verdadera identidad de Maria Adela Kuhfeldt Rivera quien se hacía pasar por una dueña de una joyería en Nápoles, Italia.
Descrita como una “treintañera cosmopolita y segura de sí misma que habla seis idiomas”, la falsa peruana logró entrar en los círculos de la alta sociedad de las personalidades famosas de Nápoles, así como el personal de la base de la OTAN y la 6ª Flota de Estados Unidos, según la investigación realizada por los medios La Repubblica (Italia), Der Spiegel (Alemania), Bellingcat (Inglaterra) y el medio independiente ruso, The Insider.
La espía argumentaba que había nacido en el Callao, y que su padre era alemán y su madre peruana, pero esta era la historia fachada de Olga Kolobova, una oficial de carrera del Directorio Principal del Alto Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas conocido como el GRU, según la investigación también publicada en The Guardian.
A través de su negocio, llamado Serein, la mujer tenía conocimiento de los eventos sociales y pudo acercarse a varios integrantes de la OTAN y de altos mandos estadounidenses
No era peruana
Los investigadores encontraron que el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) denunciaba en 2006 aplicaciones fraudulentas a la ciudadanía peruana de personas naturales, entre las que se encontraba la de Maria Adela Kuhfeldt Rivera, quien falsificó documentos sobre su nacimiento en el Callao.
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La mujer también usó tres pasaportes de Rusia durante su estadía en Italia, todos ellos con números similares a los que usan los espías rusos, de acuerdo al reportaje.
El GRU emitió otros pasaportes parecidos para otros espías. “Basándonos en la proximidad de los números de los pasaportes y en la fecha conocida de emisión, podemos estimar que ‘María Adela’ recibió sus documentos de identidad rusos en noviembre o diciembre de 2006, justo antes de que el Ministerio de Justicia peruano rechazara públicamente su identidad, aunque en una página web poco visitada”, se lee en la investigación.
Una vida en Nápoles
Durante su estadía en Nápoles desde 2013, la mujer consiguió ser secretaria del International Lions Club, donde pudo conocer más personas e incluso llegó a tener una relación romántica con uno de los empleados de la OTAN.
Los investigadores no pudieron establecer qué información logró obtener la mujer durante este tiempo. Su rastro se perdió cuando el medio Bellingcat y The Insider publicaron un artículo sobre el envenenamiento de Serguéi Skripal, el exagente de inteligencia militar ruso que trabajó como un agente doble para el servicio de inteligencia MI6 del Reino Unido.
En el texto hablaban de las identidades de Ruslan Boshirov y Alexander Petrov, responsables del envenenamiento, cuyos números de pasaporte eran similares al de Maria Adela Kuhfeldt Rivera.
Al día siguiente de la publicación de ese texto, el 15 de septiembre de 2018, Rivera compró un pasaje hacia Moscú y de acuerdo a la investigación, aparentemente fue “retirada” por sus jefes como una estrategia para protegerla.
Después, en una publicación de Facebook en italiano, la mujer explicó su ausencia insinuando que tenía cáncer y que viajaba a rusia para tratarse la enfermedad.
“Es la verdad que debo revelar finalmente... El pelo está creciendo ahora después de la quimioterapia, muy corto pero está ahí. Echo de menos todo, pero intento respirar”, escribió en el post.
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Tras una ardua labor en reconocimiento facial contrastación de datos, los investigadores lograron descifrar la verdadera identidad de ‘María Adela’. Su nombre es Olga Kolobova, una oficial de inteligencia reclutada y entrenada por los servicios rusos desde su adolescencia. Además, de acuerdo a las investigaciones, jamás estuvo en Perú.
Lo último que se sabe de ella es que, el 23 de febrero de 2022, el día de los defensores de la patria en Rusia y apenas unas horas antes de la invasión rusa a Ucrania, Olga llamó a un número que le resultó familiar al equipo de investigación. El número era del oficial al mando del Departamento 5 del GRU que llamó meses anteriores para advertirle que la habían descubierto.
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