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Colas y fotos en el último McDonalds ruso antes de ser cerrado por sanciones occidentales
McDonalds fue vista como el pionero para romper el “telón de acero” entre Occidente y la Unión Soviética.
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La gente ha hecho cola, pero creen que vale la pena. Tras las sanciones impuestas por Occidente frente a Rusia por la guerra, varias empresas extranjeras cerraron en las tierras rusas. McDonalds, una de las franquicias americanas más reconocidas por todo el mundo, es una de las últimas franquicias en cerrar.
Los rusos, no queriendo olvidarse de un instituto típico de la sociedad, han hecho largas colas para comer una Big Mac o unas papas. En el “último McDonalds” la gente ha peregrinado en masa. La compañía anunció la venta de su negocio al empresario y socio de la franquicia Alexandr Govor, lo que permitirá conservar los 850 restaurantes que hay en el país y los 60.000 empleos que daban.
Aún, mucha gente no pudo evitar la sensación de tristeza, y la mayoría fue al local para tomarse selfies y más fotos con sus hamburguesas y papas a la mano. Aún así, el nuevo dueño ha prometido que reabrirá los restaurantes con otro nombres, pero un menú similar, así que los rusos todavía podrán degustar de platos similares.
La figura de McDonalds es icónica para la historia ya que fue uno de los primeros establecimientos occidentales que abrieron locales en la Unión Soviética poco antes de su derrumbe. La gente fue en masa, deseosa de probar esas suculentas hamburguesas occidentales. El primer restaurante de la cadena estadounidense apareció en la plaza Púshkinkaya, en pleno corazón de Moscú.
Como en el resto del mundo, McDonalds se ganó el aprecio de los rusos por ser la comida que satisfacía tanto a niños como oficinistas con el tiempo del refrigerio a justas.
Mientras muchos lloran la ida de “un buen amigo”, otros en redes sociales se preguntan cuál será el nuevo nombre del McDonalds ruso.
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