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James Holmes, de solitario y brillante estudiante a asesino
Autor de masacre en estreno de Batman en Denver cursaba estudios de neurociencia en la Universidad de Colorado. Lo recuerdan como alguien “muy callado y un poco extraño”.
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Mientras la Policía y el FBI recorrían la sala de cine en la que se perpetró la masacre de Aurora, noticieros y diarios han reunido testimonios que permiten dibujar un primer retrato del detenido por el tiroteo, el estudiante de neurociencia de 24 años James Eagan Holmes.
De la época del instituto, una de sus compañeras le recuerda como un "chico simpático", aunque siempre le pareció extraño que le gustasen los villanos de las películas de superhéroes.
Holmes fue un estudiante brillante tanto en el instituto de San Diego como en la Universidad de California en Riverside, donde se graduó como uno de los primeros de su clase en neurociencia.
Después fue aceptado en un programa de doctorado en la Universidad de Colorado pero algo pareció estropearse hace un par de meses, lo que se tradujo en una impresionante bajada de sus notas.
Según The Washington Post, uno de los miembros de la facultad de neurociencia de Colorado aseguró que inmediatamente pensó en Holmes cuando escuchó que se acusaba del tiroteo a unos estudiantes. Estaba "muy callado, extrañamente callado", aseguró. Y parecía estar "socialmente aislado".
"Siempre pensé que era un poco extraño", aseguró otra estudiante a la NBC. "Algo me advertía que no me acercara demasiado a él, supongo que el instinto femenino".
La naturaleza metódica de Holmes quedó reflejada también en los preparativos de su plan. El detenido parece haber borrado todas sus huellas de Internet, pues las búsquedas respecto a su persona en Facebook, Twitter y otras redes apenas aportan información.
Los testigos de la matanza –en la que murieron 12 personas y 58 resultaron heridas– le describen como relativamente tranquilo mientras disparaba a su alrededor, antes de salir por una puerta trasera y entregarse sin resistencia a la Policía.
Según los investigadores, el apartamento de Holmes estaba sembrado de una sofisticada red de explosivos, trampas y químicos que costará varios días desactivar. Mucho más tiempo llevará sin embargo entender las razones de su matanza.
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