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Argentina: elecciones en tiempos recios
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“Sin esperanza y con nostalgia, pienso en la abstracta posibilidad de un partido que nos prometiera (digamos) un severo mínimo de gobierno”, anhelaba Jorge Luis Borges, el célebre escritor argentino al que, alguna vez, cuestionaron por tener “opiniones políticas incalificables”. El deseo de Borges, sin embargo, es ahora una realidad. Y no una cualquiera, sino una que —si los pronósticos no fallan— se encuentra muy cerca de llegar a la Casa Rosada.
Y es que Argentina celebra hoy elecciones presidenciales. Si bien existen tres candidatos con posibilidades serias de ganar la contienda, existe uno que llama particularmente la atención, no solo por sus desaliñados cabellos, sino también por lo disruptivo de su discurso, que amenaza con acabar con un modelo económico que ha hundido en la pobreza a cerca del 40% de argentinos.
CARRERA ABIERTA
Las encuestas sugieren que, ad portas de los comicios, Argentina se encuentra dividida en tres tercios. De acuerdo con el Financial Times, Javier Milei lidera la carrera con 32%. Le siguen Sergio Massa con 29.6% y, algo más atrás, Patricia Bullrich, con 24.3%.
No obstante, de acuerdo al profesor de la Jhons Hopkins University, Sebastián Mazzuca, Argentina estaría en realidad dividida en “cuatro cuartos”, donde uno de esos cuartos es un conjunto de gente que se abstiene o que prefiere no responder a las encuestadoras.
“Las encuestas más científicas hablan de gran incertidumbre. El juego está muy abierto, y todo va a depender de lo que hagan los que se abstienen y los que no están contestando las encuestas. Es un porcentaje mucho más grande que el margen de error y puede inclinar la balanza”, explicó a Perú21.
SUBCULTURA PERONISTA
Según cifras del propio gobierno, la inflación interanual alcanzó el 138% en septiembre. Llama por ello la atención que Massa, quien es precisamente el ministro de Economía, tenga todavía niveles de intención de voto relativamente altos. De acuerdo con Mazzuca, esto se debe a su filiación peronista. En Argentina, nos dice, el peronismo es una auténtica “subcultura”, con dos factores distintivos.
“El primero es un componente identitario. Hay un 20% de la población que lo adoptó con una intensidad religiosa, con lo cual le es muy difícil no seguir votando al peronismo. En ninguna parte del mundo sobreviviría un ministro de Economía que candidatea a presidente con hiperinflación, pero el peronismo ha sobrevivido a cosas aún peores”, comenta a este diario.
El segundo factor, en cambio, responde a intereses más mundanos. “Dada su flexibilidad ideológica, el componente más importante del peronismo es el patrimonialismo. Es decir, nadie saca los pies del plato, con tal de continuar manejando las cajas del Estado”, explica Mazzuca.
POBRE LIBERALISMO
Borges señaló que, si alguna virtud podía producir la pesadilla estatista, sería la de “hacer que todos anhelaran, y finalmente construyeran, su antítesis”. Hoy esas palabras revisten tintes proféticos, a la luz del meteórico ascenso de Milei, candidato libertario que ha logrado avivar al “pobre individualismo” que Borges identificó como el quid de la identidad argentina.
Para Mazzuca, el fenómeno Milei se explica en parte por el descalabro producido por los políticos y por el kirchnerismo, al cual responde con dos ideas clave: “casta y dolarización”. Pero hay también un punto generacional, de jóvenes que advierten que “los sindicatos peronistas son un obstáculo a su progreso, porque impiden su trabajo formal”.
Así, lo más importante de su candidatura sería que “rompió el tabú contra las ideas libertarias, en un país que debería serlo porque le conviene el libre comercio”. Sin embargo, Mazzuca advierte también elementos impropios de un genuino liberalismo. Y es que su agrupación aúna a “un combo muy extraño” de personas, con ideas que van desde las teorías de la conspiración hasta el hiperconservadurismo.
“Una candidata a diputada dice que la Tierra es plana. Hay también gente reaccionaria, a favor de dictaduras o violaciones de derechos”, señala el académico, lo que le lleva a prever “riesgos contra el método democrático” en caso de que triunfen. Para ganar, Milei necesita 45% de los votos, o 40% y 10 puntos porcentuales de diferencia respecto al segundo. Veremos.
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