Las cartas están sobre la mesa, pero nadie sabe cuál será la siguiente jugada.
¿Aceptará Vladimir Putin un cese al fuego por 30 días en la guerra que libra contra Ucrania, invadida desde febrero de 2022? El último jueves adelantó que sí, pero con profundos matices que pasan por “eliminar las causas subyacentes de la crisis”.
Durante el día, Francisco, que usa una cánula nasal de alto flujo que le ayuda a respirar, combina el tratamiento junto a momentos de oración y de trabajo desde su apartamento privado de la décima planta de la clínica.
Aunque no ha trascendido cuáles son las condiciones rusas, medios como Bloomberg y Reuters informaron que sí se las habrían hecho llegar a Estados Unidos y estarían relacionadas con las demandas que anteriormente presentaron a Ucrania, el propio Estados Unidos y la OTAN.
En ese sentido, girarían en torno a la no adhesión de Ucrania a la OTAN, un acuerdo para no desplegar tropas extranjeras en la nación eslava, así como la desmilitarización del país, el retiro de las tropas ucranianas de Kursk (territorio ruso invadido por Ucrania en agosto de 2024) y el reconocimiento internacional de la soberanía rusa de Crimea y las otras cuatro provincias invadidas por Rusia.
Una lista que ha confirmado la complejidad de las negociaciones en las que ha intercedido Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y cuyo emisario en Moscú, Steve Witkoff, está tratando de abordar.
“Quizás deberíamos tener una llamada con el presidente Trump para discutirlo con él”, afirmó Putin ante los medios de comunicación. ¿Realmente estamos a una llamada de concretar la tregua?
El mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, más bien ha enfatizado que Putin “miente sobre el hecho de que un alto al fuego es supuestamente complicado”. En realidad, añadió, “se puede controlar todo y nosotros hemos hablado de ello con los estadounidenses”.
Criticó a Rusia por “poner deliberadamente condiciones que solo complican y alargan el proceso” y aseguró que Putin “no puede salir de esta guerra porque eso lo dejaría sin nada”.
Zelenski ya designó a un equipo de negociadores para posibles conversaciones de una “paz justa” en Kiev, según un decreto publicado ayer. El grupo estará conformado por el jefe de la oficina presidencial, Andrii Yermak, el canciller Andrii Sibiga, el ministro de Defensa, Rustem Umerov, y el jefe adjunto del gabinete presidencial, Pavlo Palisa.
Por su parte, Keir Starmer, primer ministro británico, país miembro de la OTAN, afirmó que Putin tendrá “tarde o temprano” que “sentarse a la mesa” para discutir el acuerdo de paz.
El ejército ucraniano invadió la región rusa de Kursk en agosto de 2024 con el objetivo de usarla como moneda de cambio en caso de conversaciones con Moscú.
MÁS DE 30 DÍAS
Vitaliy Sevchenko, editor en Rusia de BBC Monitoring, opinó que la respuesta rusa sobre la tregua propuesta por Estados Unidos es “un no disfrazado de sí”.
Añadió que “la historia reciente sugiere que, para el presidente Putin, estas ‘causas subyacentes’ incluyen la propia existencia de Ucrania como Estado soberano libre de llevar a cabo su propia política interior y exterior”.
El medio opositor ruso Verstka aseguró que la intención del Kremlin es dar “formalmente una ‘respuesta positiva’ a la propuesta de alto el fuego, pero exigir ‘condiciones imposibles’” para que Ucrania no acepte el acuerdo. Así, continúa el medio, Rusia logrará entablar conversaciones con Estados Unidos sin hacer partícipe a Ucrania, lo que reforzará su posición negociadora.
Por su parte, el internacionalista Juan Velit Granda, en diálogo con Perú21, sostuvo que Putin “se siente empoderado por el respaldo que le han dado Donald Trump y las fuerzas de la propia derecha europea”.
“Putin necesita una victoria porque es asediado por los nacionalistas, que le están exigiendo dar un contraataque de grandes proporciones contra Ucrania”, añadió.
Asimismo, dijo que Putin quiere que el cese al fuego “sea mucho más largo” que 30 días.
“En 30 días, Ucrania va a reagrupar sus fuerzas y va a recibir armamento de Occidente, especialmente en aviación por parte de Francia, tanques de Alemania e inteligencia de Inglaterra. Putin quiere más tiempo y quiere que Ucrania renuncie al territorio de Kursk, escenario de la histórica batalla de 1943”, continuó.
Ucrania, dijo, “no acepta la victoria de Putin porque todavía se siente empoderada y con fuerzas para sacarle ventaja”.
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