Culminado el multitudinario e inusual funeral del papa Francisco, previo viaje desde la plaza de San Pedro hasta Roma, para yacer perpetuamente en la Basílica Santa María la Mayor, la feligresía y los muchos adeptos que atrajo a la Iglesia Católica durante su papado contemplan su legado, que ha marcado la era actual.
El papa del pueblo o el papa de las primeras veces, como ha sido denominado con más fuerza desde su fallecimiento, tomó parte de las discusiones políticas y sociales durante su pontificado, y en sus muchas intervenciones públicas también se refirió a la labor periodística.
En mayo de 2023, durante una entrevista con Telemundo, dijo que los periodistas deben ser “poetas, y poetas quiere decir creativos”.
“Los periodistas no pueden ser una máquina de papel carbónico que diga matemáticamente lo que pasó. (Deben ser) creativos respetando la verdad, la realidad”, sostuvo.
Acto seguido, se refirió a lo que llamó “las cuatro ‘agachadas’ que envilece al periodista”. Y enumeró: la calumnia, la difamación, la desinformación -decir una parte y no la otra- y la coprofilia.
Esto último, dijo, es “el amor a la porquería”.
“La coprofilia es buscar los escándalos, entonces los periodistas pierden de vista la tentación de decir la verdad y construir, para ser prisioneros del escándalo del día, y es triste ser un speaker de escándalos”, alertó.
“Ser periodista es una vocación, un poco como la de un médico, que elige amar a la humanidad tratando sus enfermedades”, aseguró Francisco.
LABOR DE MÉDICO
Más tarde, en enero de 2024, durante una reunión con la Asociación Internacional de Periodistas Acreditados ante la Santa Sede, Francisco pasó de comparar a los periodistas con poetas para hacerlo con médicos.
“Ser periodista es una vocación, un poco como la de un médico, que elige amar a la humanidad tratando sus enfermedades”, aseguró.
Explicó que “en cierto modo, el periodista elige tocar las heridas de la sociedad y del mundo”.
En aquella cita, el sumo pontífice agradeció a los periodistas por “el esfuerzo que hacen por mantener esta mirada que sabe ver detrás de las apariencias, que sabe captar la sustancia, que no quiere plegarse a la superficialidad de los estereotipos y a las fórmulas pre empaquetadas de la información-espectáculo, que, en lugar de la difícil búsqueda de la verdad, prefiere la fácil catalogación de los hechos y de las ideas según esquemas preestablecidos”.
Aunque, poco después, criticó que “los medios de comunicación tienden a deformar la actualidad religiosa. La deforman tanto con el registro alto o ideológico como con el registro bajo o espectacular. El efecto global es una doble deformación de la imagen de la Iglesia: el primer registro tiende a forzarla bajo una especie política, el segundo tiende a relegarla a noticias ligeras”.
La adicción por el uso continuo de las redes sociales, indicó en enero de 2025 durante el Jubileo de la Comunicación, causa una “podredumbre cerebral” que debe ser expulsada.
EL PAPA DE LA ERA DIGITAL
Francisco asumió como sumo pontífice en marzo de 2013, en pleno auge de las aplicaciones móviles y el aumento desmedido de usuarios conectados a internet en plataformas como Facebook, Youtube o Twitter (hoy X), consolidadas como herramientas imprescindibles de la vida cotidiana, de la comunicación, educación y el entretenimiento.
La adicción por el uso continuo de las redes sociales, indicó en enero de 2025 durante el Jubileo de la Comunicación, causa una “podredumbre cerebral” que debe ser expulsada.
Esta, dijo, es una “enfermedad” que afecta especialmente a los jóvenes. Para ellos y para todos en general, el Papa pidió una “alfabetización mediática” que eduque “el pensamiento crítico, la paciencia del discernimiento necesaria para el conocimiento”. También requirió de la colaboración de empresarios e ingenieros informáticos “valientes” para que “la belleza de la comunicación no se corrompa”.
Nuevamente se refirió al “poder transformador” de la narración y animó a los periodistas a contar “historias de esperanza que alimenten la vida”, a través del storytelling.
“Cuando cuentes la historia del mal, deja espacio a la posibilidad de reparar lo que está roto, al dinamismo del bien que puede reparar lo que está roto”, reflexionó.
En otras ocasiones, el papa Francisco dijo que el periodismo no puede ser un “arma de destrucción de personas o del pueblo, ni un medio para alimentar el miedo”.
En cuanto al respeto a la dignidad humana, refirió que “la comunicación debe ser inspirada en la misericordia”, y afirmó que “a veces el silencio es más elocuente que muchas palabras; saber escuchar es más importante que saber hablar”.
Sus mensajes como máximo representante de la Iglesia Católica se viralizaron con inmediatez. ¿Cuánto habrá podido influir en el periodismo mundial? La posteridad a la que ha ingresado juzgará en el tiempo su nivel de incidencia.
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