[Opinión] Sonia Chirinos: Derogar la constitución

Es más, yo diría que quienes promuevan una reforma constitucional antes deben demostrar conocer la Constitución a fondo. Picasso, antes que impulsor del cubismo, demostró maestría académica.

Porque pudiera suceder que quienes aspiran a cambiar la Constitución de un país, sin saber en qué jardín se meten, descubran tarde que es difícil mejorarla. Hoy por hoy, las constituciones de los países democráticos han alcanzado casi todo lo que se puede considerar exigible en una sociedad del siglo XXI.

El reconocimiento de derechos fundamentales en la Constitución peruana es generoso, modélico desde el punto de vista del derecho comparado e incluso avanzado en muchos temas. Por ejemplo, protegiendo el derecho a la intimidad y a la propia imagen, algo tan vulnerable en estos tiempos de redes sociales.

Habrá quien diga que la Constitución peruana no es suficientemente garantista. Pero para acotar el campo interpretativo, está el Tribunal Constitucional y, por supuesto, el propio Poder Legislativo.

Claro que los nuevos tiempos pueden exigir algunas novedades, pero para eso está (insisto) el papel del Legislativo.

Ahora bien, si lo que se quiere es tirar por la borda un modelo constitucional todavía joven, como el peruano, por el solo prurito de cambiar sin tener claro por qué y sin conocer a fondo ese marco constitucional, será cuestión de concluir que vienen tiempos difíciles. Porque las sociedades avanzan no tanto por su capacidad de echar por la borda los logros alcanzados, sino por la capacidad de sostenibilidad, que no es sinónimo de inmovilidad. Yo diría que lo es de sabiduría y de buen gobierno.