En una significativa ceremonia que marca el inicio del Triduo Pascual, el Papa Francisco, aún en proceso de recuperación tras una severa infección respiratoria, envió un poderoso mensaje a los sacerdotes del mundo, instándolos a tomar una postura activa frente al sufrimiento global.
La homilía, preparada por el pontífice y leída por el cardenal Domenico Calcagno en la Basílica de San Pedro, resonó con un llamado a la acción y la esperanza.
Es el actual rector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM) y en esta entrevista reflexiona sobre la actualidad a propósito de la Semana Santa.
A pesar de su ausencia física, producto de la convalecencia tras 38 días de hospitalización, el mensaje de Francisco fue claro y contundente.
"El mundo, nuestra casa común, profundamente lastimada, y la fraternidad humana, constantemente negada pero siempre presente, nos exigen tomar partido", expresó el Papa en su escrito, enfatizando la necesidad de una Iglesia comprometida con la realidad que la rodea.
En la homilía leída por el Cardenal Calcagno, delegado para oficiar la misa, se resaltó la importancia de la esperanza y la fe en la misión sacerdotal. "La cosecha de Dios es para todos, un campo fértil que produce mucho más de lo sembrado. Que la alegría del Reino, que recompensa todo esfuerzo, nos impulse en nuestra misión", se transmitió a los presentes.
Francisco también animó a los sacerdotes a perseverar en su labor, recordando que "nunca debemos desanimarnos, porque es obra de Dios. ¡Creer, sí! ¡Creer que Dios no nos abandona!". Además, hizo un llamado a la conversión y a abandonar el clericalismo, instándolos a convertirse en "peregrinos de esperanza".
La Misa Crismal, celebrada en todas las catedrales del mundo, conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal y es un momento para que los sacerdotes renueven sus votos de pobreza, castidad y obediencia. Durante la ceremonia, también se bendijeron los óleos utilizados en los sacramentos a lo largo del año.
El Vaticano mantiene la incertidumbre sobre la participación del Papa en las próximas celebraciones de Semana Santa. Aunque ha delegado la presidencia de algunos ritos, como el Vía Crucis, al cardenal Baldassare Reina, las meditaciones fueron escritas por el mismo Francisco. La confirmación de su presencia en la bendición "Urbi et Orbi" del Domingo de Resurrección aún está pendiente.
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