Mientras los 133 cardenales del mundo se congregaban en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, para elegir al sucesor del fallecido papa Francisco, hubo una inusual movilización en las redes sociales peruanas que consistió en desprestigiar a quien era uno de los fuertes candidatos a ganarse los votos, y que ayer terminó convirtiéndose en el nuevo jefe de la Iglesia católica: Robert Francis Prevost.
Prevost subrayó que la falta de fe puede conducir a la pérdida del sentido de la vida, la crisis familiar y la violación de la dignidad humana.
Esa campaña apuntó a reactivar acusaciones contra Prevost de un supuesto encubrimiento de denuncias por abuso sexual que le hicieron llegar en 2022, cuando era obispo de Chiclayo, tres mujeres contra dos sacerdotes.
Los ataques al hoy sumo pontífice salieron en la prensa nacional en septiembre de 2024, cuando este ya era prefecto del Dicasterio para los Obispos en Roma. Es decir, era el encargado de elegir y separar a los obispos del mundo.
Según el periodista José Enrique Escardó, los cuestionamientos a Robert Prevost surgieron luego de una investigación que se abrió en la Santa Sede al arzobispo de Piura y Tumbes, José Antonio Eguren Anselmi, al estar inmerso en el caso Sodalicio.
El Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) era una secta religiosa en la que, según sus exmiembros, se cometían abusos físicos y sexuales contra sus jóvenes integrantes. Escardó fue una de esas víctimas.
Pero, además, reportajes periodísticos relacionaron a Eguren con tráfico de terrenos en favor del SVC. El sacerdote renunció a su puesto en abril de 2024.
“Prevost era el prefecto del Dicasterio para los Obispos y fue el encargado de sacar a Eguren, que era un obispo sodálite, y, por eso, el Sodalicio le tenía rabia”, explicó el comunicador a Perú21.
Enfatizó que las denuncias que ahora vuelven a aparecer contra Prevost provienen de ese sector ultraconservador.
“Esta fue una campaña que inició el Sodalicio para enlodarlo como lo hicieron contra todos los que denunciamos al Sodalicio; han querido vengarse”, enfatizó.
La misma Diócesis de Chiclayo, en tanto, descartó que haya existido encubrimiento por parte del nuevo papa y aclaró en un comunicado de la época que este ya trabajaba en Roma cuando el caso cerró.
No obstante, según la Diócesis, el proceso fue reabierto y sus conclusiones fueron enviadas al Dicasterio para la Doctrina de la Fe para que tome una decisión final.
El Sodalicio quería renacer
De acuerdo a Escardó, los remanentes del SVC, que fue disuelto por el papa Francisco en enero de este año, buscaban con la elección del nuevo papa conseguir a una autoridad que les permitiera reabrir su agrupación. Sabían que con Prevost, quien los conocía de cerca, no lo lograrían.
“Lo que esperaba la gente del Sodalicio era presentar una reconsideración al nuevo papa, refundar el grupo y con Prevost no podían hacerlo, y ahora no podrán hacer nada porque ya fue elegido”, comentó.
Aprovecha la NUEVA EXPERIENCIA, recibe por correo y por Whatsapp nuestro periódico digital enriquecido. Perú21 ePaper.
¡Ahora disponible en Yape! Búscanos en YAPE Promos.
VIDEO RECOMENDADO