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Videla: “No era un dictador tipo Pinochet, sino del tipo romano”
En una entrevista reciente, el fallecido exdictador argentino dijo que restos de los detenidos “debían de desaparecer para no provocar protestas”.
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Hoy se difundieron declaraciones y fotos del exdictador argentino Jorge Rafael Videla, quien ayer falleció en prisión a los 87 años –al parecer, por causas naturales– mientras cumplía cadena perpetua por los delitos de lesa humanidad perpetrados durante el régimen de facto que lideró entre 1976 y 1981.
Ceferino Reato, el último periodista que entrevistó a Videla antes de morir en la cárcel bonaerense de Marcos Paz, mostró imágenes del reo en su celda, luciendo como un abuelo ultracatólico en contraste con su dura figura del militar represor que escribió la página más negra de la historia de su país mientras estaba convencido de que salvaba a su nación del comunismo.
Cuando el periodista le pregunta cómo cree que la Historia lo juzgará, Videla responde: "No era el dictador típico, modelo Pinochet, por razones orgánicas dado que el poder supremo estaba dividido en tres. Además, tampoco he sido un militar autoritario".
"Sí fui un dictador en el sentido romano del término, como un remedio transitorio, por un tiempo determinado, para salvar a las instituciones de la República", dijo Videla según declaraciones recogidas por la web del diario El Mundo de España.
El periodista estadounidense Robert Cox, exdirector del Buenos Aires Herald, recordó una declaración parecida de Videla en la Casa Rosada.
"Yo le dije: 'Pero, señor presidente, todos los días la gente está desapareciendo'. Y me contestó: 'Bueno, soy como Julio César, tengo que hacer cosas desagradables para la mejora del país'".
En otro momento, Videla le dijo a Reato que los detenidos "no podían ser llevados ante la justicia o fusilados sino que debían ser muertos y sus restos, desaparecidos para no provocar protestas dentro y fuera del país".
En el libro Disposición Final de Reato, publicado en 2012, Videla admitió por primera vez que el régimen hizo desaparecer a "siete mil u ocho mil personas, que debían morir para ganar la guerra contra la subversión".
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