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El mejor empleado: tiene 100 años y trabaja desde hace 84 en la misma compañía
La mayoría de personas a lo largo de su vida laboral han trabajado en distintas empresas, es algo normal teniendo en cuenta que se encuentran mejores condiciones, sueldos más atractivos y un sinfín de razones para el cambio, pero en Brasil, la historia de Walter Orthmann es la excepción a la regla porque se mantuvo en la misma compañía por más de 80 años.
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La mayoría de personas a lo largo de su vida laboral han trabajado en distintas empresas, es algo normal teniendo en cuenta que se encuentran mejores condiciones, sueldos más atractivos y un sinfín de razones para el cambio, pero en Brasil, la historia de Walter Orthmann es la excepción a la regla porque se mantuvo en la misma compañía por más de 80 años.
84 años y nueve días, para ser exactos. Con solo 15 años, Walter llegó en 1938 a la empresa Industrias Renaux S.A. (hoy se llama ReneauxView) en busca de dinero para apoyar la alicaída economía familiar. Su buen dominio del alemán, además la tenacidad para aprender, fueron determinantes para que lo contrataran y se quedara por tanto tiempo ahí.
Llegó con su madre a la empresa y se ganó el cariño de los demás empleados. Empezó realizando tareas como asistente de envío y poco a poco obtuvo la confianza de sus empleadores para emprender nuevos desafíos. Su siguiente cargo fue en el puesto de ventas en donde se quedó un largo tiempo.
Y después de algunos años, se convirtió en el gerente de esa área.
Su larga permanencia en la empresa fue certificada por Guinness World Records el 6 de enero de 2022, estableciendo un récord mundial que será difícil de vencer.
Como cualquier otra empresa con el paso del tiempo, los cambios han sido bastante complejos y Walter aprendió lo más importante de los negocios: mantenerse actualizado y adaptarse a los distintos contextos.
A modo de consejo profesional, Walter dice que uno debe trabajar donde se sienta motivado.
El 19 de abril cumplió 100 años y lo celebró con sus compañeros de trabajo, amigos y familiares. Hace ejercicios y está lúcido, lo que le permite asistir aún religiosamente a su oficina.
“No planeo mucho, ni me preocupo mucho por el mañana. Lo único que me importa es que mañana será otro día en el que me despertaré, me levantaré, haré ejercicio y me iré a trabajar; hay que ocuparse del presente, no del pasado ni del futuro. Aquí y ahora es lo que cuenta . Entonces, ¡vamos a trabajar!”, dice Walter y finaliza anunciando que aún no piensa en el retiro.
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