"Como ya es habitual, la reacción de la presidenta, por capricho o por mal asesoramiento, fue la peor: quiso calmar las aguas haciendo cambios de maquillaje en el gabinete y con ello se trajo abajo a José Salardi, ministro de Economía, un profesional que, inmediatamente después de acceder al cargo, estaba dando las medidas correctas para enmendar el rumbo económico", comentó Teullet.