Huariqueando

El sabroso sancochado de la ‘Cusqueñita’ es el resultado de una larga cocción conjunta de la carne, las verduras y las especias naturales que proveen de gusto al caldo.

El buque insignia del local, el que atrae comensales incluso desde el sur de Lima y el norte del país, son los chicharrones.

De su natal Huancavelica, Alfredo siempre recuerda los hornos de barro y hasta cree que aún puede percibir el aroma a pan fresco que de ahí brotaba.

Desde que encaminó su negocio, Karín ha perfeccionado los detalles que exige un buen proceso de aderezado y macerado.

José Toyco ya no hay secretos guardados en torno a la elaboración de la sabrosa causa limeña

Marianna Ducoli creció en Italia, donde se empapó de una antigua tradición familiar para elaborar la salsa ragú y hacer masas finas y crujientes.

Empezaron con una carreta ambulante, siempre en busca de un espacio afuera del mercado, y ahora llegan a recibir hasta 150 comensales en una buena jornada.

En la puerta de su casa, ubicada en el centro de Chancay, instala cada tarde una pequeña cocina y el perol donde fríe y va dando forma a los picarones.

En este huarique también se puede saborear el mostrito broaster, aeropuerto y arroz chaufa, siempre acompañados de un aguadito de cortesía.

 Luego de trabajar en conocidos restaurantes de Lima, Luis decidió emprender al amparo de lo que había aprendido. 

La diligencia caracteriza a este huarique tanto como la diversidad de comidas que hay en su carta.

Francisca Reyes tiene 59 años y asegura que hace 40 inventó el pan con pejerrey.