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A tomar la calle
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Los congresistas están desesperados en aprobar todo lo que se les ocurre que no importa si es una ley inconstitucional. No importa si se va contra la institucionalidad y si se va a favorecer a los delincuentes o a economías ilegales. Lo que importa es que tiene los votos, porque se han puesto de acuerdo para votar cualquier despropósito, un toma y daca para lograr la aprobación de cualquier iniciativa descabellada.
De ninguna manera es un trabajo de concertación y diálogo político. Esto se llama componendas y negociados. Lo probable es que se da bajo la mesa. Por eso ni siquiera se dan cuenta de por qué están votando. No existe debate de la ley en el Pleno y mucho menos en comisiones. Simplemente deciden a último momento y lo incorporan en la agenda del Pleno y con sus votos se aprueba.
La Ley direccionada de las AFP se aprobó con 43 votos. Son artistas para faltar a la sesión del Pleno y se cubren con el voto en remoto, porque el Congreso es la única institución en el país que sigue despachando con la virtualidad, como si siguiéramos en pandemia. Por eso las sesiones de las comisiones son un monólogo, sin congresistas que asistan y aprovechan supuestamente la virtualidad para refrendar estos despropósitos.
Se han tomado a pecho que son el primer poder del Estado. Habría que recordarles que esa solo era una frase simbólica. En el Perú está establecido el equilibrio de poderes, entre los tres poderes del Estado. Ninguno puede someter al otro y menos imponer. Al contrario, existen mecanismos constitucionales de control político y de equilibrio que regulan la relación entre los tres poderes del Estado. Ninguno es más y mucho menos ninguno es el primer poder del Estado; tampoco hay un segundo o tercer poder. Nuestra república se cimenta en ese equilibrio de poderes.
El poder en el Perú es delegado. Por tanto, el Congreso o cualquier otro poder tienen la obligación de rendir cuentas a la ciudadanía y nosotros tenemos la facultad de exigir que rindan cuentas, porque literalmente estas autoridades se deben a nosotros, los ciudadanos, y por eso es legítimo convocar a la calle para manifestarnos ante tanto abuso. El Art. 46 de lo que queda de la Constitución nos respalda.
Ahora la pelota está en nuestra cancha. Es momento de buscar las zapatillas y salir a marchar por la patria.
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