Se le volteó La República (como ya antes otros medios) al fiscal José Domingo Pérez. De ser otrora un superhéroe de los Mohme ahora le dan con palo y ayer incluso le han sacado una foto terrible, donde parece un orate en trance (y con chaleco antibalas en plena audiencia), junto a una nota muy crítica.
Es que Pérez se tomó casi tres horas para interrogar a ese mártir suyo que es Ricardo Briceño (la acusación a este señor NO tiene el menor sentido) y anunció que le hará falta otra audiencia más para acabar con solamente este acusado (que pidió ser interrogado cual testigo, como es su facultad).
Según la nota, Pérez se perdió en preguntas irrelevantes y los jueces están mortificados con él porque a ese ritmo de dos horas mínimas para cada interrogatorio y con 1,500 testigos, solamente Pérez va a consumir 3,000 horas de preguntas, por lo que el juicio va a ser más largo que el eterno Caso Banchero de los años 70 y llegaría a los 10 años de duración.
Lo que es curioso es que acusados como Briceño y Chlimper tienen de abogados a dos caviares antifujimoristas que serían cercanos al juez César San Martín (CSM), como Pablo Talavera (de muy sesgado paso por el extinto CNM, donde hizo una mayoría caviar con el fallecido García Núñez y el oportunista Soto Vallenas.
Estos tres rechazaron allí todas las acusaciones que se le hacían al juez CSM, como sus casos de ser aún apoderado del BCP al mismo tiempo que veía caso de este banco, su “doctorado express” de pocos meses en Arequipa, mi condena irregular, su nombre en las libretas de Nadine, los e-mails a España, las presiones grabadas a la jueza Rojassi y el caso Madre Mía) y Gonzalo del Río (que fue el nexo del juez CSM con los abogados españoles para examinar la sentencia a Fujimori).
¡Qué casualidad de casualidades que precisamente estos simpatizantes del presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema sean contratados como defensores para este juicio! ¡Será que son muy devotos de San Martín de Porres! ¡Jua, jua, jua!