Por Josefina Barrón
El sábado 16 de noviembre en el Aeropuerto Jorge Chávez, concretamente en las instalaciones de la Aduana, un piloto amigo de Andrés Roca Rey amablemente le estaba haciendo el favor de traer dos trajes de luces desde Madrid a Lima con carácter de urgencia, en vista de que el diestro se había quedado sin trajes: la aerolínea en la que había viajado desde Madrid había extraviado las maletas en las que llegaría el traje de luces que usaría en Acho en la tarde del domingo 17.
Obviamente, el que había vestido en Quito el día anterior ya no estaba en condiciones de volver a usarse.
La Aduana del Perú incautó al piloto los trajes de luces, aun cuando se demostró con todos los documentos correspondientes que no se introducían para su comercialización. Se trataba de un favor al dueño para su presentación en la primera plaza de su país, que funcionarios tildaron de contrabando.
El mozo de espadas de Roca Rey, Manuel Lara, acudió ese mismo sábado a la Aduana con el objetivo de recuperarlos, pero nada se consiguió. Aduana se negó a entregar los trajes de luces. Irían luego a remate, como casi todos los ítems que ellos incautan.
Los trajes que Roca Rey debía recibir de manos del piloto (los cuales, cabe recalcar, incluso ya habían sido utilizados por el diestro anteriormente) continúan retenidos en la Aduana desde entonces. En 18 meses los subastarían.
No parece haber forma de recuperarlos. Por más documentos que demuestren que pertenecen al maestro, por más papeles y formularios que la Aduana exige al diestro y que este, a través de un representante, cumple con entregar, no hay salida. Por tal motivo, y con todo el respeto que merece la Aduana del Perú, se le exhorta a devolverlos a su dueño.
Ojalá estas líneas llamen la atención de la Aduana y entregue a Roca Rey lo que es suyo. Hasta ahora ninguna gestión parece haber funcionado, incluida la aceptación de pago de impuestos que realmente no corresponden, ya que se trata de herramientas de trabajo para un evento por el cual se pagaron los tributos correspondientes.
Nuestro país le debe mucho a Andrés Roca Rey, quien ocupa hoy en día el primer puesto en el escalafón taurino. Compatriota que demuestra, dentro y fuera de plazas, el amor que siente por su tierra. Si se trata de una confusión, esta ya es demasiado larga.