Pero el padre putativo de la caviarada peruana fue el jesuita Felipe McGregor, que volvió a la PUCP el corazón de la caviarada cuando fue rector de ese claustro (1963-77), al influjo del Mayo del 68 francés y de “the New Left” yanqui de Berkeley. Por ejemplo, McGregor alentó, junto al decano Jorge Avendaño, el auge de los “Wisconsin Boys” en Derecho, que fueron a estudiar a esa universidad “progre” gringa. La caviarada moderna proviene de marxistas pudientes que se moderan y entran a las consultorías, el empleo público y las ONG desde los 90, cuando no les molestaba trabajar para Fujimori. Luego Paniagua y Toledo las meten al Estado y allí siguen enquistados (como en la academia y la prensa), ya más “choleados” en sus filas y con aliados (los vargallosistas, RMP, AAR, etcétera).