El Perú será, por tercera vez, anfitrión de la cumbre APEC, un foro que reúne a las economías más grandes del mundo, como Estados Unidos, China y Japón. Este magno evento, que se llevará a cabo entre el 10 y el 16 de noviembre, permitirá no solo que el país esté en los ojos del mundo, sino que los peruanos forjen mayores lazos comerciales con los estados del Asia-Pacífico, cuyos mercados son una oportunidad magnífica para vender nuestros productos y atraer inversiones.
Sin duda, la APEC representa una oportunidad inigualable para calentar nuestra economía que no termina de recuperarse de la pandemia y de las diversas y recientes crisis políticas.
Como todos sabemos, en el último mes, el desborde de la delincuencia convocó a miles de ciudadanos, transportistas, comerciantes, bodegueros a manifestarse legítima y enérgicamente en marchas pacíficas. Hoy por hoy, aprovechando el contexto de APEC, un grupo de políticos radicales e inescrupulosos está buscando utilizar a estos manifestantes, gran parte de ellos extorsionados y chantajeados por criminales, para impulsar su propia agenda ideológica.
Su verdadero objetivo es impedir el desarrollo de la APEC. Pretenden el adelanto de las elecciones y han convocado una paralización para los días 13, 14 y 15 de noviembre. Es evidente que a estos extremistas poco o nada les importa la crisis de seguridad que atraviesa el país, lo que buscan es usar la coyuntura para ubicarse en el lente de la cámara.
Los integrantes de la plataforma que promueve el paro revelan que esta convocatoria ni siquiera apuesta a una reivindicación social. Son viejos conocidos, cuyos reclamos no han cambiado: el Comando Nacional Unitario de Lucha (CNUL), impulsor de las violentas protestas en apoyo del golpista Pedro Castillo, por ejemplo, grita por su libertad. Sus partidarios buscan pescar en río revuelto, pero no para acabar con la delincuencia de la que, por cierto, se desentendieron cuando estuvieron en el gobierno, sino para calentar motores con miras a las elecciones de 2026.
Los peruanos no podemos caer en provocaciones. La APEC es una oportunidad muy importante para el Perú, no se trata de cómo le vaya al Gobierno. Los gremios, los dirigentes sindicales, los representantes de los trabajadores que sacan adelante el país no deben bloquearla, sería como meternos cabe a nosotros mismos.