1) No entiendo por qué Dina Boluarte fue tan tonta de asistir al Te Deum para aguantar la catilinaria de ese curita rojo que tenemos de obispo de Lima. El presidente del Perú no está obligado a soplarse esa ceremonia (que además es tan pesada) y en un Estado laico los curas no pintan en la fiesta nacional.
2) Tampoco entiendo cómo puede ser tan torpe de torturarnos con un discurso tan largo, de unas 5 horas. ¿Fue por joder?
3) Lo mejor del discurso fue la aparente decisión total de sacar adelante Tía María. Los precios del metal rojo van a estar muy altos por años debido a que va a faltar cobre en el planeta por la revolución verde y sería criminal que un país pobre no explote su ventaja comparativa por culpa de una sarta de ignorantes engañados y azuzados por la izquierda.
4) No me desagrada que se resucite el otrora Ministerio de Fomento y (extinguido por Velasco en 1969) bajo el nombre de Infraestructura siempre y cuando se fusione con otros ministerios cercanos (Vivienda, Construcción, Transportes, Saneamiento, Comunicaciones y una parte de Ambiente) y que asimismo también se fusionen otros ministerios (Mujer con Inclusión, Educación con una parte de Cultura, Agricultura con Pesca, Trabajo y el viceministerio de Mypes/Industria con el MEF). Separaría Energía de Minas y cerraría definitivamente Ambiente y Cultura.
5) Me preocupó que se siga manteniendo con vida a ese desastre colosal llamado Petroperú y que incluso Boluarte elogie así al disparate de la refinería de Talara, ese aborto de Ollanta, Merino, Castilla, Campodónico y Mohme.
6) Me entristeció que se descarte tan absolutamente la privatización del calamitoso Sedapal. Aquí me imagino que hay una mezcla de cobardía política con ignorancia. ¡Hasta en la capital de la Cuba comunista la gestión del agua es privada!
Nota: Al momento de terminar esta columna todavía no había información sobre los resultados de las elecciones en Venezuela. Espero que el chavismo monstruoso salga pacíficamente del poder.