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Baruch tenía razón
Tal vez debí hacerle caso a Baruch Ivcher, el eterno corazón de Frecuencia Latina, cuando me insistía en que me arriesgue y haga cosas divertidas en la noche.
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Carlos Carlín,Habla.BabasTal vez debí hacerle caso a Baruch Ivcher, el eterno corazón de Frecuencia Latina, cuando me insistía en que me arriesgue y haga cosas divertidas en la noche. Desde que me citó para decirme que confiaba en mí para que me encargue de las 11 p.m., me dijo que quería verme entreteniendo, conversando, entrevistando y, sobre todo, haciendo reír. Lo dijo siempre, cuando todo iba bien y cuando las cifras empezaron a caer. "La gente se quiere reír", me decía, "poco a poco se irán acostumbrando", repetía. Qué habría pasado si le hubiera hecho caso, ¿seguiría hasta ahora? ¿La mitad de mi cara no se habría caído como se me cayó un día al aire? Tal vez debí hacerle caso al dueño del circo y zurrarme en otros que presionaban por rating. Tal vez no debí pensar que tocar temas densos era importante. Tal vez jamás debí subestimar el entretenimiento y poner cara de palo para narrar como un loro sin cerebro episodios siniestros. Tal vez debí creer más en mí y en Baruch. Hoy lo vi después de tiempo. Fue con su familia al teatro a ver Toc Toc la obra donde trabajo y lo sentí más relajado, igual que yo, sin la TV cerca. Me dijo que así como me vio en el escenario, hubiera querido verme en la pantalla. Tal vez debí hacerte caso Baruch, pero hoy en TV no hay mucho espacio para la risa, por lo menos no por ahora.
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