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[Opinión] Richard Arce: Una nueva oportunidad para Lula
“Lula estuvo preso 19 meses y liberado por irregularidades en los juicios, no por inocencia”.
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La trascendencia de Luiz Inácio Lula da Silva en la política contemporánea brasileña es innegable. Ayer fue elegido por tercera vez presidente del Brasil, en segunda vuelta, con una diferencia estrecha, pero suficiente para erigirse presidente.
Es un mensaje potente sobre el giro que tendrá ahora la política brasileña, después del gobierno de la ultraderecha de Bolsonaro, que polarizó el país y llevó a una de las peores gestiones de la pandemia, con lo cual reportó 685 mil muertos. Además de la recesión económica, que incrementó la pobreza de millones de brasileños y el irresponsable gasto fiscal.
Brasil se va de un extremo a otro, debería ser una lección importante sobre el peligro y las consecuencias de elegir gobiernos con posiciones radicales, que dividen y enfrentan a su propia población.
La popularidad de Lula está íntimamente relacionada a sus orígenes y el ascenso que tuvo desde la pobreza donde nació y lo obligó a trabajar desde muy joven como tornero, para después llegar a ser dirigente sindical y en un ascenso sacrificado lograr la presidencia después de tres intentos.
La alta aprobación que tiene se debe a los resultados de sus dos primeros periodos de gobierno, que, por la bonanza de los precios altos de los recursos naturales, le permitió mejorar drásticamente las condiciones económicas de su población, reduciendo la pobreza y emprendiendo megaobras que incluyeron la organización del mundial de fútbol de 2014 y las Olimpiadas en 2016.
Pero los escándalos de corrupción serán los pasivos que tendrá que cargar. Estuvo preso 19 meses, liberado por irregularidades en los juicios que afrontó, no por inocencia. Es innegable su involucramiento primero con “el mensalao” para comprar congresistas y después el escándalo mundial de Lava Jato, involucrando a la estatal Petrobras con constructoras.
Lula no puede evadir su responsabilidad en estos escándalos de corrupción, pero aún así los brasileños le dan otra oportunidad para gobernar; esperamos que aproveche este voto de confianza.
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