[Opinión] Camila Bozzo: Acuartelado en el silencio

Han pasado dos días desde que Castillo llegó al Perú de su gira internacional y todavía no se pronuncia sobre su primer ministro, quien en su ausencia le enmendó la plana a Torre Tagle (una de las cancillerías más institucionales y prestigiosas del continente) y, a la postre, al mismo presidente (quien como jefe de Estado tendría que avalar la política asumida por el Perú de no reconocer autoridad legítima en Venezuela, de lo contrario la hubiera cambiado).

A pesar de sus múltiples dislates, las intervenciones del presidente a lo largo de la gira no estuvieron mal (habló de la importancia de la inversión privada, del respeto a las libertades, de la igualdad de género y condenó el terrorismo), y además se desmarcó de los populismos bolivarianos que enaltecen el nacionalismo antiimperialista. Sin embargo, ha regresado al Perú para acuartelarse en su silencio característico y para demostrarnos, una vez más, su falta de liderazgo para tomar decisiones. Mientras tanto, su lenguaraz premier sigue saliendo a llenar el vacío presidencial, sigue atizando el fuego y enfrentándose al vicecanciller y canciller (quien sabemos no le gusta ni a él ni a Cerrón).

Pero mientras el presidente se agazapa en Palacio, y hasta suspende la sesión del Consejo de Ministros, los miembros de su gabinete comienzan a tomar posición. Torres (Justicia), Carrasco (Interior) y Ayala (Defensa) han salido a respaldar al canciller y la política exterior del Estado, en lo que se vislumbra como un reacomodo en el balance del poder al interior del gabinete. Esperemos que con esto el presidente se defina de una vez, aparte a Bellido y el resto de ministros cuestionados, asuma el liderazgo que su alta investidura le exige y le ponga fin a la anarquía gubernativa que nos está llevando directo al abismo.