PUBLICIDAD
Carretera al sur
Imagen
Fecha Actualización
Transitando entre Lima e Ica por los tramos ya completos de la carretera que separa las vías de ida y vuelta, no pude dejar de pensar en el pasaje de Kundera en el cual sostiene que “la carretera no es más que una línea que une un punto con otro; que no tiene sentido en sí misma, el sentido solo lo tienen los dos puntos que une”. En cambio, “el camino es un elogio del espacio. Cada tramo del camino tiene sentido en sí mismo”.
¿Es realmente así? En el Perú podríamos decir que las carreteras se convierten en caminos: a su alrededor comienzan a establecerse poblaciones que le dan un nuevo sentido y que también le quitan el objetivo original, que es el de unir dos puntos que necesitan contacto entre ellos. Medir la necesidad de una carretera puede ser muy difícil porque, en tanto no exista, no hay tráfico; pero eso no significa que su construcción no pueda generar desarrollo en otros sectores, aumentar la productividad y reducir costos al mejorar la velocidad de transporte; incluso puede salvar vidas al dar una opción más segura cuando los vehículos no requieren arriesgarse invadiendo la vía contraria para adelantar a uno más lento.
Es alentador ver que se continúa o se ha retomado las obras de la carretera al sur: se evita atravesar la ciudad de Chincha, lo cual libera a esta de un tráfico pesado y al conductor que tiene otro destino, de una demora innecesaria.
Si, como dice, el Gobierno está tan ávido de generar empleo productivo, allí hay un reto en el cual avanzar, especialmente ahora que el Tribunal Constitucional ha determinado como válido el cobro de peajes. Eso significa que no somos todos los peruanos sino los que realmente la utilizan, quienes deben pagar por la opción de un mejor servicio.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD