Chinchero necesita un tren

La capacidad de ver el bosque y no solo el árbol es fundamental. Sobre todo en proyectos de gran envergadura, que requieren una planificación integral. Tomemos el caso del aeropuerto Jorge Chávez. La ampliación está en marcha, cosa que celebramos. Sin embargo, la construcción de la vía rápida que conectará el renovado aeropuerto con la zona hotelera no avanza. ¿Vamos a terminar el aeropuerto para recién poner manos a la obra? Sería absurdo. Hay que trabajar en paralelo, de lo contrario optimizaremos nuestra capacidad de recibir turistas, solo para tenerlos atascados en el tráfico.

El mismo razonamiento debe aplicar cuando se inicien las obras del aeropuerto de Chinchero. Las autoridades necesitan interiorizar que tan importante como el aeropuerto en sí, es unirlo con la ciudad del Cusco y el Valle Sagrado. Buscando una conexión rápida, eficiente y coherente con el paisaje.

Sin duda, la alternativa más adecuada es un tren de cercanías. Hacer una carretera no garantiza una circulación fluida –depende del tráfico y el mantenimiento de la vía–. Además el riesgo de accidentes es mayor. Un tren, en cambio, permite trasladarse con velocidad, eficacia y seguridad. En solo 20 minutos el visitante llegaría a la ciudad o el valle, pues Chinchero está equidistante de ambos puntos.

La otra enorme ventaja es que con el tren preservamos mejor el paisaje, evitando la tugurización. Donde cruza una carretera suelen levantarse edificaciones sin mayor control, buscando jalar la clientela del camino. Eso no sucede con los trenes, pues solo se detienen en la estación.

El MTC y el Gobierno Regional deben mirar el bosque y no el árbol, ejecutando a la par el aeropuerto y tren de cercanías. Trabajemos de forma integral este trascendental proyecto, que marcará un antes y un después no solo para el turista, sino para todos los cusqueños.