El descarado robo que la gavilla corrupta y dictatorial que gobierna Venezuela ha perpetrado en las elecciones del último domingo no está pasando por alto para una serie de Estados democráticos, entre ellos el Perú, que han asumido una posición firme. Como las circunstancias lo exigen.
Así, son ya doce países latinoamericanos que han pedido una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos para que emita una resolución en salvaguarda de la voluntad popular, expresada en las urnas por millones de venezolanos.
Uruguay, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Colombia, Brasil, Paraguay, Chile, Perú y República Dominicana expresaron su profunda preocupación por el desarrollo de las elecciones en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio increíblemente como ganador a Nicolás Maduro, pese a que los resultados a boca de urna decían que el candidato de la oposición se había impuesto con el 65% de los votos.
Estos doce países de la región han exigido –a través de sucesivos comunicados— una verificación completa e imparcial de los resultados, un conteo y revisión de las actas en presencia de observadores electorales independientes. Y a ellos se han sumado, en las últimas horas, las democracias de la Unión Europea y los EE.UU.
Las expeditivas felicitaciones de autocracias como China, Rusia, Irán, Cuba y Nicaragua a la “victoria” chavista son sugestivas en sí mismas.
El Centro Carter, por otro lado, una de las pocas organizaciones no gubernamentales que el chavismo permitió que participaran como observadores, se plegó a los reclamos e instó al CNE –que ya se ha prestado antes a los chanchullos legales de la dictadura para bloquear a la oposición, como, por ejemplo, descalificar a María Corina Machado– a que “publique inmediatamente todas las actas de las mesas instaladas durante la jornada electoral celebrada el 28 de julio pasado”.
Y es que en las redes sociales abundan las imágenes de actas donde la diferencia de votos en favor de la oposición es rotunda. Las marchas y cacerolazos en Caracas, así como en otras ciudades y poblados del país del llano, se acrecientan con el paso de las horas.
Oficialmente, el conteo no termina, pero el autócrata continúa perorando sobre su “triunfo”, mientras en las calles se multiplican las movilizaciones sociales y actos de protesta.
La comunidad internacional debe ejercer mayor presión para que el CNE muestre las actas oficiales, de lo contrario el fraude electoral más grande de los últimos tiempos quedaría oleado y sacramentado.