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Corre, Martín, corre
“El acento en la reconstrucción aún no se nota y debería, como las semillas, asomar algo en la tierra”.
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El argumento central de la fantástica película alemana ‘Corre, Lola, corre’ (según algunos, inspirada en la física cuántica, que explica la totalidad de las posibilidades) relata cómo Lola debe conseguir cien mil francos alemanes para que su amigo no sea eliminado por la mafia. El mismo hecho se narra de tres maneras distintas. Cada historia difiere en detalles que, a pesar de su nimiedad, dan tres finales diferentes.
El gobierno de Martín Vizcarra tiene dos salidas: el éxito o el fracaso. No éxito para desarrollar un plan de gobierno ni mucho menos, sino para administrar la crisis dejada por el régimen de Kuczynski. Le quedan escasos tres años, debe acelerar el paso. El acento en la reconstrucción aún no se nota y debería, como las semillas, asomar algo en la tierra.
Un indicio afortunado sería aliviar a quienes aún padecen los estragos de El Niño costero. La agilización del otrora SNIP, hoy Invierte Perú, es indispensable y crucial. Si no, seguiremos en la misma agobiante parálisis social y económica que vivimos desde los últimos años del gobierno de Humala. Una desgracia climática no puede ser tratada como un proyecto nuevo. El término es claro, estamos ante una reconstrucción.
El fracaso de Vizcarra no lo quiere nadie, salvo la izquierda, que votó en contra de la confianza por intereses electorales que el actual régimen debería tener muy presentes.
En el tema anticorrupción, veremos un revés si se sigue hostigando al fiscal del caso Humala/Heredia. La incautación de sus viviendas antes de la acusación fiscal es una medida fuerte, mas no inédita. Procedió con Orellana, Oropeza, Peter Ferrari, Gustavo Salazar y otros. Para asegurar posteriormente decomiso definitivo, el fiscal tiene que incautar primero.
La defensa de Humala/Heredia busca entorpecer la apertura de la acusación fiscal. Por eso cuestiona al juez Concepción Carhuancho y presenta una tutela en contra del fiscal Germán Juárez Atoche. Hasta que esta no se resuelva, no puede concluir su investigación y se sigue dilatando el inicio del juicio.
Por eso, la defensa de Humala/Heredia pide que se interrogue a la plana mayor de Odebrecht en Brasil, cosa complicada, y de ser posible, hasta el último conserje. Las diligencias en el extranjero implican retraso.
Paralelo a ello tenemos la victimización. Los niños no son responsables de las fechorías de sus padres. Pero si la casa donde viven fue comprada con dinero ilícito (ojo, son tres propiedades, se incautaron dos), hecho que está “archidemostrado”, qué puede hacer la justicia.
Resulta incomprensible que el fiscal de la Nación se quede mudo ante el cuestionamiento a sus subordinados. No vemos al vocero que anunció. Tampoco un comunicado respaldando al fiscal Juárez Atoche. Lo mínimo, ¿no? ¿O molestan sus avances?
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