Todos aceptaron regalarles su tiempo, historias maravillosas de éxito personal y gremial, uno tras otro, con su estilo, con risas, con esperanza, también con dolor y frustración, con su mirada del país, con ganas de impulsar crecimiento, justicia, libertades, dejando un poco de su vida, de sus recuerdos, pero sobre todo de sus sueños. Gracias.