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¿Cuestión de confianza a la vista?

"Si bien el Legislativo ha decidido pasar por agua tibia los escándalos de la presidenta y su entorno, la cuerda entre ambos poderes está cada vez más tensa y la mandataria la sigue jalando más, confiada en que tiene un cheque en blanco hasta 2026".

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Juan José Santiváñez.
"En segundo lugar, el ministro Quero ya anunció que su colega del Interior no será removido por la presidenta".
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El Ejecutivo ha decidido tropezar mil veces con la misma piedra sin ningún tipo de aprendizaje ni autocrítica. El primer ministro anunció que, una vez más, se declararía en estado de Emergencia Lima y Callao, tras el asesinato del cantante de Armonía 10.

La nula lucidez del Ejecutivo les hace creer que aplicar por centésima vez el estado de emergencia, este tendrá un resultado diferente. Esta “estrategia”, si es que así se le puede llamar, revela dos cosas. Primero, que el Gobierno no tiene la menor idea de qué hacer con la inseguridad y, segundo, que están dispuestos a quemar el último cartucho por el cuestionadísimo ministro del Interior, sobre quien pesa tres mociones de censura en el Congreso.

Con respecto al primer punto, no es ninguna sorpresa. La mandataria llegó al Ejecutivo con una plancha presidencial que ni siquiera presentó un plan de gobierno. Además, Boluarte no es que tenga dotes de estadista, su máximo logro fue ser jefa de una oficina del Reniec, cargo al que ni siquiera se atrevió a renunciar para postular a la vicepresidencia. En ese sentido, poco o nada se puede esperar de la jefa de Estado.

Esta carencia la comparten sus ministros. Boluarte se ha encargado de nombrar en los ministerios a defensores condescendientes que son capaces de jurar públicamente que el pasto es azul si la presidenta lo dice en uno de sus discursos.

En segundo lugar, el ministro Quero ya anunció que su colega del Interior no será removido por la presidenta. Ante ello, no habría que sorprenderse si Boluarte es capaz de presentar una cuestión de confianza para salvar a Santiváñez, quien ha demostrado ser un leal operador de la presidenta en medio de las investigaciones en su contra.

En caso de que haga cuestión de confianza en nombre del gabinete y esta sea denegada, renuncian todos los ministros, pero pueden volver a ocupar sus puestos, salvo el premier. En ese sentido, Boluarte podría preferir entregar la cabeza de Adrianzén. Esto le permitiría ganar tiempo y esperar a ganar voluntades del Congreso. Además, con un pedido de impedimento de salida del país en su contra, difícilmente Santiváñez pueda ser enviado de embajador.

La posible salida del titular del Interior no es por el Congreso, sino por la indignación ciudadana. Es decir, la ciudadanía recobra un poder que fue pisoteado por congresistas y el Ejecutivo.

Si bien el Legislativo ha decidido pasar por agua tibia los escándalos de la presidenta y su entorno, la cuerda entre ambos poderes está cada vez más tensa y la mandataria la sigue jalando más, confiada en que tiene un cheque en blanco hasta 2026. Sin embargo, en un año casi electoral, no hay acuerdo eterno y la prioridad de los partidos es ganar el próximo año.

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