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Cuestión de madera
“Por más que duela decirlo, cada uno de los alcaldes que han acabado involucrados en actos de corrupción han sido elegidos por la mayoría de nosotros”.
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En solo 61 días, los peruanos elegiremos a nuevos gobernadores regionales, a nuevos alcaldes provinciales y a 1,874 alcaldes distritales. Eso, claro, sin contar a los regidores que acompañarán a cada alcalde y a los funcionarios que harán lo propio en cada gobierno regional. Este proceso democrático no solo es importante por el rumbo que cada autoridad electa tome, sino también por la coyuntura en la que se celebrarán los comicios.
La aparición ya cotidiana de audios que siguen destruyendo la imagen institucional del sistema de justicia frente a los ciudadanos y las idas y vueltas a las que el Congreso nos ha tenido sometidos han generado un desprestigio profundo en el imaginario colectivo con respecto al modelo democrático republicano. Y esta desazón es perfectamente entendible, pero no del todo justificable. Hay un rol que los ciudadanos debemos jugar.
Para que un Estado de derecho funcione con lubricidad es cardinal comprender que las personas que lo integran asumen una responsabilidad tan importante como el que tienen las personas que son elegidas: las autoridades deben ser constantemente fiscalizadas por el ojo atento de los electores; de la misma manera, los electores tienen la responsabilidad irrenunciable de asumir las consecuencias que sus votos traigan al momento del proceso.
Por más que duela decirlo, cada uno de los alcaldes que han acabado involucrados en actos de corrupción han sido elegidos por la mayoría de nosotros. Y es allí que desde Perú21 queremos invocar a la ciudadanía a emitir un voto responsable. Esto, contrariamente a lo que se suele pensar, no supone únicamente cumplir con el deber cívico de ir a las urnas, sino reclama informarse, debatir, escuchar, argumentar y contrastar propuestas.
Si los peruanos no somos capaces de dedicarle el tiempo necesario a una toma de decisión reflexiva, no tendremos luego ningún derecho a indignarnos cuando las máscaras caigan y sepamos qué había detrás de tanta belleza electorera. Así pues, este 7 de octubre, miles de peruanos asumirán una responsabilidad inmensa frente a la nación. Pero seremos millones los que deberemos asumir con madurez las consecuencias de esta elección. Dicen que cada país tiene los gobernantes que merece. Es cierto.
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