El de la cuota

La declaración de Carlos Bruce sobre la elección de Vizcarra en la plancha presidencial es bastante gráfica del criterio tecnócrata limeñista y gamonal, nunca mejor representado que en el ppkausismo, que ha marcado la política nacional por siempre, minándola por dentro y dividiendo al país. Según las declaraciones en RPP del congresista y ex ministro, Vizcarra “no es político”, gobernó una “región muy pequeña”, “no sabe nada del Congreso”, pero igual lo llamaron como vicepresidente porque “tenían demasiados blancos” en la plancha y “necesitaban un provinciano”. En sencillo, lo llamaron para cumplir la cuota. Fue el comodín marrón. El fusible no blanco.

Más tarde, Bruce señaló que su declaración fue fruto de un lapsus y que se disculpaba, pero es muy difícil borrar la estela que su comentario dejó. Entre otras cosas, lo dicho demuestra una constante en nuestra sociedad clasista que Matheus Calderón, un joven periodista bastante actualizado, describió ayer como tokenism, una palabra en inglés usada en las ciencias sociales que describe el acto de incluir, pero solo para dar la apariencia de inclusión. Incluir superficialmente, para que el statu quo no cambie.

Lo paradójico es que el provinciano al que menospreciaron en ese entonces ha terminado siendo un presidente con una aprobación bastante respetable, con un coraje impensado y una astucia política que sobrepasa a la de sus antecesores. Por el contrario, los blanquitos que se consideraban muy duchos en la política no lograron durar en el Gobierno ni dos años. En poquísimos meses despedazaron su posibilidad de Gobierno y a su partido. Habiendo sido el Gobierno ppkausa el más limeñista en décadas, fue el peor Gobierno que hemos tenido en lo que va del siglo. Eso debería dar para pensar.