La cúspide del verano

Iniciamos la segunda quincena de febrero. Es la cúspide del verano. Los crepúsculos se extienden más tarde que en ningún otro momento del año.

Aún hay brillo en el horizonte hasta casi las 7:00 p.m.; las temperaturas están registrando los valores más altos a los que suelen llegar en su ciclo anual de aumento y disminución, y la radiación UV está en las nubes por cuanto el sol cae casi verticalmente sobre Lima. Las lluvias se hacen sentir con fuerza en estos días, tras una pobre performance en la primera mitad del mes. Sucede, además, que el fenómeno denominado La Niña, aquel que ha producido un verano significativamente menos cálido que los dos previos, parece estar encaminado a disiparse.

Destaca el hecho de que un significativo evento de los vientos que soplan sobre el océano Pacífico del otro lado nuestro; es decir sobre la región donde Asia y Oceanía se ubican, está introduciendo una masa de agua más cálida que lo normal debajo de la superficie del mar y que llegará en algún momento de abril a nuestras costas. Es lo que llamamos una onda kelvin cálida y puede producir un otoño más apaciguado que el que tocaría tras salir de La Niña. Materia de discusión para las próximas semanas en este periódico.