Durante la última Feria del Libro, Gonzalo Zegarra presentó La Democracia del Click y del TikTok: Ecología mediática y psicología política de las redes sociales. Plantea una dura crítica al sistema democrático global. Que se requiere de una refundación institucional que permita recuperar la legitimidad perdida de la democracia. El concepto de democracia aplicado no equivale solo a la voluntad popular, sino que incorpora en su esencia a las instituciones republicanas y los principios liberales: derechos, libertades, responsabilidades, prerrogativas de gobierno, frenos y contrapesos. Luego de su lectura, queda en mayor evidencia el comportamiento antidemocrático de un sector importante y creciente de la clase política. Con valentía y minimizando sesgos, hace un crudo análisis de nuestros poderes del Estado. Concluye que el país es cada vez más ingobernable. La competencia gravitacional entre poderes, sostiene, expresada en gran parte por su afán de prevalecer pero también de figurar, ha vuelto caótico nuestro país. El capitulo uno, que profundiza el concepto de democracia fiduciaria, constituye un ensayo de 15 páginas que debiera ser leído por actuales y próximos gobernantes para que de alguna manera filtren mejor sus propuestas de reformas.
El autor también discute sobre la neuropsicología de la democracia. Hace un solvente llamado de atención a nuestro comportamiento ciudadano que se hace más evidente a través de la redes sociales. Estas son una amenaza para la convivencia democrática pues contribuyen, dice, al afianzamiento de la intolerancia, de la polarización, de las cancelaciones, la señalización de la virtud, el postureo moral, de la irracionalidad. Un comportamiento muchas veces no solo superficial e infantil, sino hasta totalitario. La interrogación, el reconocimiento, el diálogo y la deliberación, sostiene Zegarra, tienen como condición necesaria la admisión de una posibilidad de que el otro puede hacernos ver algo que nosotros no hemos sido capaces de ver y algo en lo que quizás puede tener razón aunque sea en parte. Ello supone una actitud de honestidad y humildad intelectual.
Es fundamental repensar la democracia para que recupere su carácter reflexivo, representativo y fiduciario en tiempos en que todo empuja hacia el otro lado. Requerimos de nuevas fuerzas cívicas que incluyan influencers, explainers y hackers cívicos que combinen la agilidad y capilaridad de las redes, con la deliberación y acción cívica. En el mundo y el Perú no hay demasiada democracia. Hay demasiada insatisfacción en cómo la ejercemos los gobernantes y ciudadanos. Y debemos repensarla antes de que sea demasiado tarde.