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Economía y nuevo gabinete
“No creo que haya tiempo para reformas profundas, aunque sí para trazar el camino de aquellas en sectores claves como salud. No pidamos pensando en un gobierno de cinco años”.
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Tenemos gobierno de transición y nuevo gabinete por ocho meses. ¿Qué aspectos, en mi opinión, deberían priorizarse en economía? En primer lugar, debemos estar claros de la situación fiscal, esto es, la relación entre los ingresos y gastos del sector público. Este año se espera un déficit fiscal mayor que 9% del PBI (exceso de gastos sobre ingresos del gobierno). Era inevitable, pues ante la pandemia se tuvo que gastar más en un contexto de caída de ingresos provenientes de la recaudación tributaria. Se cubrió con ahorros previos y algo de deuda. El presupuesto para 2021 contempla un endeudamiento de 9 mil millones de dólares para cubrir el exceso de gastos.
Por lo tanto, se necesita un manejo responsable de las finanzas públicas. Priorizar gastos y rechazar cualquier propuesta populista del Congreso, que por momentos piensa que el dinero crece en los árboles, será la tarea diaria de Waldo Mendoza, la excelente designación para el MEF. Trazar una senda de consolidación fiscal será clave, siguiendo la línea de su predecesora. Ello significa una reducción gradual del déficit fiscal y por ende de la deuda, como proporción del PBI. El apoyo político del presidente será fundamental.
La historia económica de nuestro país ya nos demostró lo dañino que implica no hacerlo. El déficit fiscal no es de derecha ni de izquierda, sino de sentido común. Nadie puede gastar por encima de sus ingresos de manera indefinida.
En segundo lugar, acelerar la inversión pública. El dinero ya está en los gobiernos regionales. Encontrar una forma en que aquellos no devuelvan dinero como lo hacen cada año, será determinante en la recuperación de las economías regionales. Hoy más que nunca se necesita elevar la inversión.
En tercer lugar, se necesita que la población gaste más para que las empresas produzcan más y aumenten el empleo. Esto es crucial. El empleo no se aumenta por decreto. Es el resultado de un aumento de la inversión privada, pequeña, mediana y grande. De todas. ¿Quién contrata a los ciudadanos? Quien invierte antes. No se puede estar a favor del empleo y en contra de la inversión. Pensemos que un pequeño inversionista decide comprar un carrito sanguchero. Es un inversionista privado. Tiene que comprar insumos, como alimentos, gas y el propio carrito; además, lo más probable es que contrate a un ayudante. Va un empleo directo (más el creado por sí mismo) más los generados por la mayor demanda por lo que necesita para vender sus sánguches. Así se mueve una economía.
Por último, no creo que haya tiempo para reformas profundas, aunque sí para trazar el camino de aquellas en sectores claves como educación, salud, justicia y pensiones, entre otras. Quien debe encargarse de la implementación es el nuevo gobierno que estará al mando desde el 28 de julio de 2021. Seamos conscientes de la situación actual y del tiempo que tendrá el gobierno de transición. Requerimos evitar el eventual rebrote de los contagios. Pero no pidamos pensando en un gobierno de cinco años.
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