Al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, le han saltado al cuello sus detractores de la izquierda radical y progresista, quienes están en el juego perverso de defenestrarlo a él y al gobierno de la señora Boluarte. También han aparecido “neo expertos” o “neo opinólogos” en seguridad, incluso, algunos exgenerales de la Policía Nacional, que motivados más que por los datos, por sus pretensiones políticas, despotrican contra su propia institución dejándose llevar por encuestas y no por estadísticas. Más coherencia por favor.
El señor Santiváñez puede no ser del agrado de algunos, pero definir la eficacia de este funcionario por lo que dicen las encuestas, versus las estadísticas de la situación de la criminalidad que contradicen ese argumento, es sencillamente poco serio e injusto para el país. Si bien, el ministro ha emprendido una campaña contestataria contra el Ministerio Público y los progres en favor de la lucha contra la criminalidad, creemos que sea la justicia y no los medios los que resuelvan los casos mediáticos del ministro que requieran ser aclarados por él o por los tribunales cuando termine su gestión. Más nada.
En el Perú, la Policía Nacional, en un esfuerzo sin precedentes, según SIDPOL, sistema comprobado de estadísticas criminales del sector Interior a disposición del público, muestra una clara tendencia a la baja a nivel nacional de los homicidios que en enero de este año tuvo 201; febrero, 169; y al 10 marzo, 59. Solo en Lima, en enero hubo 74; en febrero 76; y en marzo, 19. Las extorsiones se han reducido de 1,937 en enero a 1,822 en febrero y a 501 en lo que va del mes de marzo. Y el secuestro, que ha pasado de 116 en enero a 103 en febrero y 32 en lo que va de marzo. La tendencia es irrefutable. Esa es una reducción que muchos no quieren mirar. No es la solución del problema, pero es una luz al final del túnel que debemos apreciar con humildad y objetividad.
La lucha implica el desafío de involucrar el tema económico, político, legislativo, judicial y operativo para combatir el crimen; de lo contrario, estamos camino a ser un México tomado por el narcotráfico, Colombia con terroristas, una Venezuela con el Tren de Aragua y un Ecuador con asesinatos políticos cotidianos, si es que no lo estamos ya. Esa es la hoja de ruta criminal.
Rechazamos las opiniones sesgadas y malintencionadas que ponen por delante el interés político sobre el interés de las grandes mayorías, como es la lucha contra la macrocriminalidad transnacional. El ministro Santivañez ha elegido su lucha política contra el progresismo que atiborró de progresistas el ministerio y que ralentizan los esfuerzos por combatirlos, pero eso no impide que la Policía Nacional siga haciendo su trabajo esforzado como hasta ahora con los resultados irrefutables en favor de los ciudadanos. Sí se puede.
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