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Enfrentamiento estéril
“Hubiera bastado con destituir a la integrante que generó la controversia, pero no pues, prefirieron hacer un alarde de autoridad y atribuciones y cargar contra todos los miembros de la Junta. Una exageración”
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La calentura política generada por el tema de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) y el intento de destitución a todos sus miembros llegó al punto máximo de ignición el miércoles último.
Ocurrió con el informe que recomienda la defenestración de los siete integrantes de esa instancia judicial, agendado para debatirse en el Pleno del Congreso ese día, pero que finalmente tuvo que ser postergado atropelladamente. ¿El motivo? La resolución judicial que otorgaba una medida cautelar a favor de la JNJ, ordenando la suspensión del procedimiento parlamentario.
El titular del Poder Legislativo, Alejandro Soto, anunció entonces que la citación a los integrantes de la Junta se iba a reprogramar –”en estricto respeto al debido proceso”–, y que la Procuraduría del Congreso iba a solicitar de inmediato al Tribunal Constitucional que anulara la medida cautelar.
Aunque inicialmente la Junta de Portavoces había decidido desacatar la resolución del PJ, las bancadas entraron luego en razón y optaron por el mal menor de una postergación para que, digamos, el vitriolo no llegara al río. Porque estamos hablando de una colisión en toda regla entre poderes del Estado.
Un choque desgastante e inútil, a no dudarlo. En principio, el Legislativo tiene la facultad legal de llevar a cabo lo que se propone, pero como tantas otras disposiciones que ha promulgado, es una medida desproporcionada que, ciertamente, amenaza el equilibrio de poderes que es el fundamento de toda democracia.
Hubiera bastado con destituir a la integrante que generó la controversia, pero no pues, prefirieron hacer un alarde de autoridad y atribuciones y cargar contra todos los miembros de la Junta. Una exageración.
Como ha dicho el congresista Edward Málaga en Perú21, “eliminar o remover a los siete miembros de la JNJ de un plumazo sería un precedente negativo, porque quien quiera hacerlo en los próximos gobiernos –que ojalá no sea un extremista– lo va a hacer basándose en este precedente. Hay que pensar antes de actuar. Esto no impide mostrar una postura de oposición y buscar una sanción. Pero no remover a toda la JNJ, que además (va a renovarse) en menos de un año. Me parece realmente innecesario”.
Un llamado a la mesura que se hace eco de lo que este país necesita y que, en este caso, sería lo más adecuado.
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