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Esto serás cuando seas padre

"Algún día se reconocerá el esfuerzo burdo, primario y poco sofisticado del padre. La gratitud nunca debe descartarse. Hoy día mismo le pueden regalar un par de medias”.

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(Midjourney/Perú21)
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1. Serás esclavo.- El grueso del tiempo requerido en el ejercicio de la paternidad consistirá en estar al servicio incondicional de los hijos. Serán labores tediosas y agotadoras. Llevarlos, traerlos, alimentarlos, mantenerlos, acostarlos, despertarlos y, en medio de todo esto, divertirlos. La tarea principal —en la que, si se falla, se le falla al mundo— será criarlos. La naturaleza de esta tarea se resume en el concepto de puro servicio. Debe entenderse como una prestación ajena a cualquier forma de retribución o renta. A las madres se les adora, y se lo merecen: solo hay una. En el caso de los padres, el concepto se engloba dentro de “es lo que hay”. A manera de estímulo sirve imaginarse que algún día se reconocerá el esfuerzo burdo, primario y poco sofisticado del padre. La gratitud nunca debe descartarse. Hoy día mismo le pueden regalar un par de medias.

2. Serás paciente.- La experiencia es intransmisible. Lo que tú sabes podrás repetirlo un millón de veces, pero esa redundancia en nada asegurará que lo compartido sea recibido provechosamente. Usualmente sucede lo contrario. Dices: “No metas el dedo al enchufe”, lo meten. No es fácil coincidir cronológicamente con los hijos: uno está contra el tiempo, ellos tienen al reloj por el cuello. El manejo del ritmo es jurisdicción paterna. Espéralo, acompáñalo, no arruines su experiencia contándole el final del disparate que lo ves acometiendo. Ahorráte el “yo te lo dije”. Él ya sabrá eso cuando sea oportuno. O nunca.

3. Serás inútil.- Pisa tierra. No eres infalible ni lo sabes todo. Lo que no conoces no lo inventes. El hijo de un fanfarrón será fanfarrón. Es más provechoso poner a disposición las herramientas para que aprendan a usarlas que estar formando perfectos mediocres que siempre dependerán de alguien que les resuelva la vida. Se van a equivocar, se van a cortar, van a sangrar. Déjalos vivir.

4. Serás culpable.- Nadie escapa al bucle generacional. El paso del tiempo y tu cambiante papel en ese circuito tarde o temprano te ubicarán en el terreno del rechazo. Así hayas hecho méritos o no, serás símbolo y foco de todo aquello contra lo que se rebelen cuando la naturaleza lo susurre al oído. Alguna vez estuviste ahí. Es tu turno de navegar con viento en contra. El amor no se asusta ni se suspende por esta crisis naturalmente programada.

5. Serás ejemplo.- Te están mirando todo el tiempo. Más te vale que hagas lo que predicas. No dejas solo el apellido, dejas lo que te ven hacer. Educar desde el miedo es efectista, pero siembra odios inmortales. Tal como dicta el Código Civil respecto a las deudas, el ejemplo sobrevive y contínua aún cuando ya nadie recuerde tu nombre.  

6. Serás disponible.- Si los padres ausentes son una lacra de la especie, los papás en modo espectador apenas sirven. El valor más demandado por parte de tus hijos, dejemos el dinero de lado, será la atención. Si te hablan, míralos a los ojos. Si te hacen un adefesio con palitos de helado por tu día, celébralo como la gloria. No puedes fingir que escuchas a tu hija contándote su sueño de un mundo gobernado por gatitos mientras miras estupideces en el celular. No existe perdón para esa execrable barbaridad tecnológica.

7. Serás intermitente.- Hoy te adoran, mañana no se sabe. (Ver punto 4: Serás culpable). Tal como un extinguidor o un botiquín de primeros auxilios, no puedes relajarte en tus obligaciones. En cualquier momento romperán el vidrio y te reclamarán con urgencia. Eso significa: en el acto.

8. Serás refugio.- Recuerda el consejo: carga usando las piernas, no la espalda. Tendrás el peso de sus vidas sobre tus hombros durante mucho tiempo, más aún del que puedas cargarlos. No los evalúes cada media hora, nunca los compares, nunca con sus hermanos, menos contigo, jamás con la madre: ellas dan la vida, nosotros roncamos. Las peleas familiares, el examen jalado, la novia que cancela; todos esos contratiempos estarán dentro de la descripción de tu puesto: cargas y sigues.

9. Serás duradero.- Mientras te ocupas de todo lo anterior estás obligado a seguir viviendo. Con más entusiasmo que pesar, si es que tienes dos dedos de frente. No solo compartas tus reglas, cuenta tus historias: las buenas, las malas, las tontas. Que sepan que, además de estar vivo, eres real. Es decir, falible y ridículo.

10. Serás memoria.- Es imposible tener conciencia de esto, pero estarás presente hasta en ausencia. Resuelve anticipadamente esa presencia invisible. Piensa en tu padre o en cualquier otra figura paterna que ahora podrían hacerte sonreír: en ese mismo lugar es donde tus hijos deberían encontrarte cuando no estés.

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