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[OPINIÓN] Richard Arce: “El mecenas del fujimorismo”
“Joaquín Ramírez fue mano derecha de Keiko Fujimori, (...) tienen mucho que explicar al país”.
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Un tema recurrente en la política peruana es el financiamiento de los partidos políticos y sobre todo las campañas electorales, que evidentemente requieren de cuantiosas sumas de dinero para sustentar una participación electoral.
Esto ha obligado a que se tenga, primero, restricciones de los montos de financiamiento y la obligación administrativa de rendir cuentas ante la ONPE sobre los ingresos que obtienen los partidos políticos, para saber el origen de los fondos y limitar el despilfarro de dinero que se da en algunas campañas de candidatos que ostentan dinero en desmedro de sus contendores.
Ahora la legislación sanciona penalmente el financiamiento ilegal de campañas políticas, con el agravante de la no declaración de estos ingresos y que ha obligado en varios casos al famoso “pitufeo” del dinero, que en realidad es un lavado de dinero porque ingresan fondos de dudosa procedencia a las campañas.
Los casos emblemáticos de Keiko Fujimori, Susana Villarán, Ollanta Humala, PPK y hasta el propio Pedro Castillo tienen actualmente una investigación fiscal y hasta un proceso judicial abierto y se aproximan sentencias condenatorias por estos delitos. Imagínense que no se conoce el ruleteo de dinero que se da en las elecciones regionales y municipales, que es otro festín de dinero turbio.
Es aquí donde entra a tallar Joaquín Ramírez, que justamente ha tenido una incautación de sus bienes que bordean los mil millones de dólares, que ha dejado perplejo al país por la cuantiosa fortuna que, según la tesis fiscal, es mal habida. El problema radica en que fue el secretario general de Fuerza Popular y mano derecha de Keiko Fujimori, y por más que ahora Fuerza Popular pretenda negarlo, tienen mucho que explicar al país.
En su momento nadie se creyó el cuento de los documentos contables que sustentaban su fortuna que dizque fueron sustraídos en un taxi, y menos que era un potentado cliente de Mark Vito que le compraba casas sobrevaluadas. Tienen mucho que explicar de dónde viene la fortuna y la fachada que tenían con la Universidad no licenciada Alas Peruanas y el financiamiento del fujimorismo.
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